Al obrero Juan Manuel Arreguín, quien rompiera en llanto en la Presidencia de Monclova al suplicar el apoyo de las autoridades ante la falta de salario en junio pasado
Por: Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Juan Manuel Arreguín Linares, trabajador de Altos Hornos de México quien el 1 de junio anterior se quebró emocionalmente en Presidencia Municipal al estallar en llanto por problemas económicos derivados de la ausencia de salarios en la acerera, sufrió una embolia que lo mantiene internado en el Hospital General 7 del IMSS.
Arreguín, de 55 años de edad, vecino de la colonia Las Flores, y trabajador del Taller de Aceración BOD-Colada Continua de la Siderúrgica II, permanece hospitalizado en el tercer piso de la Torre -B- del Seguro Social con el cerebro inflamado, luego de 9 meses de estrés y angustia por incumplimiento de la empresa en pago de salarios y por la incertidumbre de la fuente laboral.
El lamentable derrame cerebral ocurrió a Juan Manuel Arreguín justo cuando la empresa llegó a 23 semanas sin pagar salarios ni prestaciones a los trabajadores, y 9 meses desde que paralizó totalmente su producción el 23 de diciembre de 2022 con afectación a aproximadamente 10 mil familias, entre sindicalizados, empleados, contratistas y prestadores de servicios.
La Sección 288 del Sindicato Democrático informó que el cuadro directivo encabezado por el secretario General Francisco Ríos, visitó al paciente, que en esos momentos estaba dormido, además de sostener conversación con funcionarios del Seguro Social para una atención médica adecuada y eficiente que conduzcan a la recuperación.
El anterior 1 de junio, un grupo de trabajadores de la Siderúrgica II de Altos Hornos de México adheridos a la Sección 288, encabezados por Juan Manuel Arreguín acudió a Presidencia Municipal donde se entrevistaron con el alcalde Mario Dávila a quienes expusieron que acumulaban en ese entonces cinco semanas sin cobrar salario ni prestaciones.
De pronto, mientras, Juan Manuel Arreguín, al lado de su esposa y nietos explicaba la difícil situación al alcalde Mario Dávila a quien pidió gestoría ante autoridades federales para la solución del problema, no resistió más y se quebró emocionalmente.