Por: Juan Latapí O.
Si la vida suele ser injusta, la triste memoria es cruel, y con el paso del tiempo el olvido se va apoderando de personajes que en su momento hicieron grandes aportaciones. Tal es el caso de Don Daniel Menchaca Hernández cuyas investigaciones históricas sobre Monclova y la región han servido de fuente a los historiadores y cronistas actuales.
Desafortunadamente no se ha dado a conocer la vida y obra de Don Daniel. Sin embargo, uno de los pocos trabajos que recupera la memoria y la obra de este personaje es el de “Un ilustre Bonaventurense, un Cronista vitalicio para Monclova”, escrito por el Ingeniero Horacio Domínguez Lara, actual Cronista de San Buenaventura, Coahuila.
Don Daniel nació en 1901 en San Buena y falleció en Monclova en 1986, hizo sus primeros estudios en su tierra natal, luego en Monclova y posteriormente ingresó a la Escuela Normal, en Saltillo, donde debido a la situación económica de su familia, además del conflicto armado de la Revolución, dejó el magisterio para regresar a su terruño donde desempeñó varios cargos en la administración pública y posteriormente también en Monclova. En 1920 entró a trabajar a Ferrocarriles Nacionales como oficinista en la Estación Monclova, hoy Frontera, Coahuila. En 1927 se casó con Ana María Ballesteros Muñoz, hija del Ingeniero Melquiades Ballesteros, a quien se le considera fundador de Frontera.
“Al jubilarse en 1953 como tomador de tiempo -escribe Horacio Domínguez- en la ferrocarrilera Villa Frontera y sentirse aun con cualidades físicas y mentales para continuar laborando, solicitó ingresar a la Cooperativa del Sindicato de Ferrocarrileros, siendo aprobado rápidamente por lo que hubo la necesidad de cambiar de residencia a la Ciudad de México, donde igualmente hizo grandes amigos y en muy poco tiempo alcanzó el puesto de Gerente General de la Cooperativa a nivel nacional”. Así mismo destacó notablemente por su labor a favor del mutualismo y servicio altruista a la comunidad, principalmente en Monclova. También como deportista destacó e incluso llegó a ser campeón nacional de tenis.
Desde joven se interesó por la historia regional lo que lo llevó a realizar diferentes investigaciones de gran valor documental las cuales le hicieron acreedor a innumerables reconocimientos y preseas, recibiendo en dos ocasiones la merecida distinción del “Hombre del Año”, en 1972 y 1982 en Monclova, donde en 1973 el Ayuntamiento le otorgó el nombramiento de Cronista Vitalicio de la Ciudad de Monclova. En 1986, dos meses antes de morir, las autoridades de San Buenaventura le ofrecieron un emotivo homenaje y se develó una placa en la casa donde nació, hoy lamentablemente en ruinas a punto de colapsar.
Poco antes de morir Don Daniel recibió la visita del Profesor José María Suárez Sánchez -reconocido historiador local- quien luego escribió lo que platicaron en aquella ocasión. “Decía Don Daniel, que su esposa la decía- ‘oye, ¿qué vas a hacer con tantos papeles?’ -y agregó Don Daniel,- ‘me va a suceder lo que a tu papá, -el Ingeniero y erudito historiador y maestro Don Melquiades Ballesteros,- ilustre Monclovita que juntó papeles, papeles y libros y libros y a última hora, cuando él murió ahí en su casa estaba todo, pero a los cuatro años falleció su esposa María Josefa Sánchez sin que dejara descendencia con ella, y fue entonces que se quedó la casa cerrada, sola y finalmente abandonada’.
‘Ante tal situación, -siguió narrando Don Daniel-, empezó el desorden, pues nunca he sabido si los libros de Don Melquiades Ballesteros los recogieron los familiares de la señora o alguna otra persona. Lo que sí sé es que, como la casa estaba en el abandono total, esa construcción fue centro de reunión de “borrachitos” que entraban a la propiedad de Don Melquiades Ballesteros, y sacaban papeles y los vendían en los comercios para ser utilizados como envoltura, como “alcatraces” y así ellos poder comprar un trago de vino. El comerciante Don Andrés González, viejo, les decía: no me traigan ese papel para envoltura, esta viejo, se quiebra y el comerciante se los compraba a diez centavos kilo. En eso paró gran parte del archivo histórico de Don Melquiades Ballesteros’.
‘Yo alguna vez, -decía Don Daniel- entré a su biblioteca y me quedé asombrado, nomás de ver la enorme cantidad de libros que tenía, y ni un solo libro y ni un solo papel de él me quedé yo’, apuntó con severidad”.
“De todos es sabido que nuestro primer cronista de la ciudad, Don Daniel Menchaca, -escribe el Profesor Suárez- con limitados medios logró hacerse de un patrimonio bibliográfico y documentado que le brindara la oportunidad de escribir artículos que publicó en los periódicos de la localidad y en la revista del Colegio Coahuilense de Historia”.
Han pasado 36 años de la muerte de Don Daniel y desde entonces el olvido se ha ido apoderando de su vida y obra. Desafortunadamente las autoridades, tanto de Monclova como de San Buena, prácticamente ignoran el legado de este ilustre personaje. No existe alguna escuela ni biblioteca alguna que lleve su nombre. En Monclova solo una modesta calle de la colonia Independencia lo lleva, pero en San Buena ni eso siquiera.
Sin embargo, más importante que hacerle un reconocimiento póstumo, valdría la pena que alguna autoridad se atreva a publicar y divulgar la obra de Don Daniel Menchaca Hernández, de ese personaje pionero de los historiadores locales y así poder conocer mejor la historia de Monclova y la región, incluyendo San Buena.
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Contribución de: Juan Latapí O., en colaboración con socios Arqueosaurios ~ Arnoldo Bermea Balderas, Francisco Rocha Garza, Luis Alfonso Valdés Blackaller, Oscar Valdés Martin del Campo, Willem Veltman, y Ramón Williamson Bosque.
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