Jorge Zermeño Infante, dos veces alcalde de Torreón y ex diputado federal, ya se prepara para su Beca Bienestar 65 y Más
Especial
LA PRENSA
Medios de comunicación capturaron el instante en que el político y ex diplomático panista se formó para tramitar su tarjeta del Bienestar. Jorge Zermeño Infante, panista, exalcalde de Torreón y quien le entregó la banda presidencial a Felipe Calderón Hinojosa cuando rindió protesta como Presidente de la República en diciembre de 2006, fue captado tramitando su Tarjeta del Bienestar para recibir la pensión destinada a adultos mayores.
Luego de que Zermeño Infante, entonces en calidad de presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, le entregara la banda presidencial a Felipe Calderón en diciembre de 2006, fue nombrado Embajador de México en España, donde fue criticado por la serie de lujos en que vivió junto con su esposa Astrid Casale, una modelo, actriz y conductora de televisión 27 años más joven que él.
Un reportaje de la cadena Televisión Española (RTVE), que se transmitió en abril de 2011, reveló la vida de lujos que llevaba Jorge Zermeño y su familia, en la residencia oficial de la Embajada mexicana en ese país. Localizada en el Barrio de Salamanca, donde viven familias adineradas que tienen de seis a más personas en su plantilla de servicio, se localiza, afirmaba entonces la investigación, “un pequeño palacio de cinco plantas donde vive y despacha” el panista Jorge Zermeño Infante, quien fuera legislador federal antes de partir a España. “De ella sale Astrid Casale, esposa del embajador que en tono casual y al estilo de un reality show (ya trae un micrófono puesto) invita a la reportera al interior y detalla cómo vive en Madrid”. La familia del Embajador tenía en esa época, según la propia narración de su esposa torreonense, “tres muchachas de servicio, dos choferes, el jardinero y dos vigilantes”. Incluso, la señora Zermeño comentó ahí que existían similitudes entre ella y la princesa Letizia Ortiz, pues las dos trabajaban en medios de comunicación antes de conocer al “hombre de sus sueños”.
También mostró revistas en donde salieron fotografiados y entrevistados, lo que dio cuenta que esa no era la primera ocasión en que la Embajada de México abría sus puertas a la prensa de sociales.
En esa casa se realizaron fiestas hasta para 3 mil 500 invitados –como sucedió con el festejo del 15 de septiembre del año pasado– e incluso el entonces Embajador Zermeño aparecía con taza de café en mano, dispuesto a irse a laborar y, más tarde, compartiendo su coche con placas diplomáticas rumbo a una de las tantas cenas que formaban parte de su agenda.