El párroco de la iglesia Santiago Apóstol exhorta a la feligresía a ser humilde y agradecida
Oscar Ballesteros
La Prensa
Una invitación a no transformar la palabra de Dios de acuerdo a la conveniencia individual fue lo expresado durante la homilía dominical; Juan Francisco González Escalante, párroco de la iglesia Santiago Apóstol sirviéndose de la Parábola de la Viña señaló que, no hay que sentirnos dueños de las cosas, sino dejar que la voluntad de Dios sirva como guía para ayudar al resto.
Durante el texto citado, Dios entrega un viñedo a ciertas personas con el objetivo de producir buena cosecha para el vino, sin embargo, estos se llenan de autoridad y maltratan a los trabajadores, mostrando una tergiversación de la encomienda del Señor, todo esto propio de las decisiones individuales que ellos creyeron les convendrían.
“No digamos -pues yo haré de mi vida lo que a mí me convenga- encerrándome en mí mismo y privando a los otros de un regalo, ese regalo que tú puedes ser en la vida de los otros (…) en ocasiones es muy fácil ensordecer la palabra de Dios y hacer una aplicación a nuestra conveniencia, no debemos enfrascar la palabra de Dios solamente en este templo y dejarla aquí” complementó el párroco.
Con esto, invitó a la feligresía a practicar 3 actitudes para lograr conseguir lo propuesto y así ser portadores del evangelio en todos los lugares donde se desarrollan: ser humildes, agradecidos y bautizados, esto con el objetivo de lograr valor a quien los rodea, ya que todos se necesitan entre sí, sin importar las condiciones individuales de los mismos.
“Porque nos daremos cuenta que nadie es indispensable, que todos tenemos necesidad, no hay pobre tan pobre que no pueda ayudar a los demás y no hay rico tan rico que no necesite de la mano de alguien más (…) seamos esos evangelios en voz alta, en casas, escuelas, trabajos ahí donde nosotros nos desempeñamos” acotó Francisco González.