Desafiando la adversidad física y el mal clima, el vendedor ambulante conserva la esperanza
Oscar Ballesteros
La Prensa
Aún con las malas condiciones climáticas, el deseo de subsistir es mayor para Moisés Aguillón; quien, sale todos los días al primer cuadro de la ciudad, vendiendo diversos productos desde su silla de rueda.
Don Moisés se dedica, en estos días, a la venta de playeras en precios accesibles; ya que su objetivo, es agotarlas hasta resurtir mercancía y así poder salir a vender.
“Vendo, pero no me compran. Toda la gente se queja, igual que uno: ya ves que no hay trabajo; que la Planta; (que) uno está discapacitado, pero andamos echándole ganas a la vida. Quiero vender mi ‘amor aventurero’, pero no hay quien me lo compre. Salgo porque en la casa es puro encierro, soledad y tristeza, aquí de perdido se encuentra con gente” señaló el vendedor ambulante.
A raíz de complicaciones de su condición diabética, Aguillón perdió una de una de sus piernas; “como es silenciosa (la diabetes) y uno es descuidado así acabamos”, dijo el entrevistado. También señaló que también su visión se ha deteriorado, a causa de esta enfermedad crónica degenerativa. Sin embargo, esto no es impedimento de que salga a ofrecer estos productos y colaborar con su esposa, quien trabaja auxiliando en una casa.
Hace siete años, perdió la extremidad, pero desde el año pasado y tras una caída que lastimó su cadera, lo orilló al uso de la silla de ruedas, con la cual se desplaza desde su domicilio en el Fraccionamiento Carranza, hasta el centro de la ciudad. El panorama actual de la ciudad le roba un poco su esperanza, debido a que las ventas se mantienen muy bajas. Pero Don Moisés intenta salir adelante aún cuando, por su condición, no lo aceptan en ningún centro de trabajo.