Lamenta la psicóloga Santos Guerrero que alumnos se tornen cada vez más irrespetuosos contra los docentes
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
“Las leyes se han encargado de darle más poder a los alumnos que a los maestros”, señaló Santos Guerrero García, quien fue la encargada del Módulo del Adolescente en Monclova durante casi 30 años.
Esto, luego de que una cámara de seguridad de una secundaria en el municipio de Ramos Arizpe, en el estado de Coahuila, captó el momento en que un alumno de 14 años apuñaló varias veces a su profesora.
La especialista mencionó que hace años le tenían un respeto especial a los maestros a pesar de que utilizaban la regla, las orejas de burro y los jalones de patilla para reprenderlos por un mal comportamiento.
Y añadió: “Cuando la maestra le hablaba a los papás, ¡que miedo!, porque también se recibían los castigos en casa, pero, hoy desgraciadamente los padres de familia le creen más a los hijos que a los maestros”.
Incluso señaló que atendió a una maestra con trastorno de ansiedad, angustia y estrés, luego de llamarle la atención a un alumno de una secundaria en Monclova y este la demandó ante la CNDH y la sancionaron.
Y mencionó: “En aquellos años le teníamos un respeto especial a los maestros como figuras de autoridad. Hoy las nuevas leyes le están dando más poder a los alumnos y padres de familia que a los maestros”.
Dijo que sabe de alumnos que le han aventado el pupitre al director o al maestro gracias a que la ley los protege y a que los padres de familia están ciegos de amor y no ven el mal comportamiento de sus hijos.
Y añadió: “Muchas veces los papás creen que sus hijos son víctimas, cuando realmente los conocen en casa y no los conocen fuera del seno familiar. Generalmente son unos en casa y otros al exterior”.
Esto, luego de que muchas veces en primaria, secundaria y universidades, los chicos tienen una conducta desafiante, toda vez que en su hogar no les aplican limites o consecuencias (castigos).
Y añadió: “Cuando los llevaban a terapia se ponían conmigo y me decían ‘en primer lugar yo no estoy loco, y voy a ir al DIF porque usted me habla mal’, y yo les decía ‘Okey, vámonos’, porque sabía que su conducta era tremenda”.
Incluso que algunos niños y adolescentes le pegaban a papá y mamá, ya que, tiene mucho que ver la educación, los valores y los principios que los padres de familia les den en el hogar, así como los límites y castigos.