Con estrategias legaloidas evaden de nuevo el juicio oral, que fue reprogramado para el próximo 6 de febrero
Alexis Massieu
La Prensa
Mediante estrategias legaloides, y sin importarles estar en prisión, las 2 presuntas homicidas de un candelillero que fue encontrado sin vida en el municipio de Ocampo en el año 2017, consiguieron el día de ayer, eludir una vez más el juicio oral que se les avecina, prolongando lo inevitable, hasta el próximo 6 de febrero del 2024.
Una vez más, con el pretexto de cambiar de abogado, e insistir una de ellas en que las defienda un presunto leguleyo que ni siquiera acude a las audiencias, Nayeli Estefanía, y Esmeralda Natali “N”, consiguieron que el juicio oral por el homicidio calificado de Matías Mariscal Muñiz, se volviera a diferir.
Ya sea por no querer enfrentar el mismo destino que sus novios Carlos Rodríguez Jordán, y Jorge Luis Rodríguez, quienes ya fueron condenados, o para desgastar a las víctimas indirectas y a los testigos que acuden cada vez que los llaman desde lugares distantes como los estados de Chiapas o Durango, las acusadas se aferraron la mañana de ayer al diferimiento del proceso penal que se sigue en su contra, como ya lo hicieron en muchas otras ocasiones.
Para evitar que la estrategia dilatoria de las presuntas homicidas, dentro de la causa penal 62/2017 se prolongue indefinidamente, la jueza que tiene asignado el caso, ya les advirtió que si para el día 6 de febrero del próximo año, el abogado que hayan designado no se encuentra listo, serán asistidas por una defensora de oficio.
Como se recordará, Esmeralda, alias “Nata”, y su amiga Nayeli “N”, quienes se dedicaban a la prostitución, fueron señaladas por tenderle una trampa al candelillero, dejándolo expuesto ante los autores materiales del crimen, Carlos Rodríguez Jordán, y Jorge Luis Rodríguez.
Fue en una brecha donde los dos asesinos le tendieron la trampa a la víctima, simulando una avería en su camioneta, a sabiendas, gracias a sus cómplices, que Matías llevaba consigo una fuerte suma de dinero, matándolo de un balazo, y despojándolo de 121 mil pesos, para enseguida mover su cadáver y la camioneta que conducía, hasta el lugar en el que sería encontrado 10 días más tarde.