Néstor J. Hurtado Vera.
Dentro de la tragedia que dejó el Huracán “Otis” en Acapulco, en donde lamentablemente se reportan al menos 43 personas fallecidas y más de 30 desaparecidos, el tema más criticable para el Gobierno de México es que no hubo avisos previos a la población, ni del Gobierno Federal, así como tampoco del Estado que encabeza la morenista, Evelyn Salgado.
Como la mayoría de las cosas en la autollamada “4T”, hasta las cosas más básicas, tienden a verlas desde una perspectiva electoral. Lamentablemente el presidente, Andrés Manuel López Obrador, piensa que, en el marco de dicha tragedia, todos conspiran contra él y según él, ahora las críticas son para que sus “rivales” tengan ventajas político-electorales el próximo año.
En lugar de pensar que se cometieron errores garrafales por no saber o no informar que venía un Huracán categoría 5, su primer acto fue tomarse fotos en una carretera colapsada y caminar sobre el lodo, después dijo que “hubo suerte” de que según él no hubiera tanto fallecido, asimismo propuso que solo el gobierno puede ayudar, es decir, quiere impedir que asociaciones y la ciudadanía colaboren con víveres y recursos, y como cereza en el pastel, también acusó a la oposición de querer sacar ventajas políticas.
Realmente estimado lector, ya perdí la capacidad de asombro, en mis primeros razonamientos sobre la tan lamentable tragedia en el estado de Guerrero, critiqué duramente el ir a posar en el lodo como todo un actor, pero conforme pasaban las horas, escuchar que López Obrador no quiere que nadie ayude, para que nadie se vea “beneficiado” electoralmente o que nadie se “aproveche”, resulta mezquino y miserable.
Los mexicanos siempre hemos estado unidos ante las desgracias, la sociedad civil tiene experiencia año tras año en apoyar en todo tipo de problemas nacionales e incluso internacionales. No se vale que personajes con miopía política, prefieran hacer sufrir a las víctimas, pensando en una elección.
Pero eso no es todo, de hecho, para mí, la más aguda de las críticas, se origina a mediados del año 2021, cuando el presidente pidió el Poder Legislativo eliminar el fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales, en donde se atendían catástrofes de manera inmediata, el argumento lo recordará, dijo que había mucha corrupción, aunque no recuerdo haber visto a nadie en prisión por estos señalamientos.
Con el FONDEN eliminado, con los estados asfixiados presupuestalmente, sin informar a la población con antelación, con ópticas electorales, y con ideas retrógradas en donde “nadie puede apoyar” más que el gobierno federal, con el “reumatismo burocrático”, en donde la Comisión Federal de Electricidad pudiera tardar hasta 2 meses en reconectar el servicio eléctrico, queda claro que estábamos mejor, que cuando estábamos peor.
Pero como todo demagogo, ante la tragedia, AMLO y sus “aplaudidores” se encargan de darle vuelo en redes sociales a las fotografías del mandatario caminando en el lodo y atascado en una camioneta del Ejército. Como para la 4T todo es electoral, aunque sea con imágenes buscan revertir la mala percepción del pésimo trabajo de las autoridades federales. Por eso creo que López Obrador es el actor y productor del “Acapulco choro”, no puede, ni tiene más que ofrecer.