Nos guste o no, hay que reconocer el hecho de que todos podemos convertirnos en personas infelices. Hay muchas cosas que disminuyen o destruyen la felicidad y que pueden hacer que nos sintamos perdidos, poco satisfechos con la vida, sin ganas de seguir adelante y con una mentalidad completamente negativa y pesimista.
Es verdad que es humanamente imposible sentirnos felices 24/7, en especial cuando hay cosas como enfermedades, un trabajo tóxico o problemas económicos o de pareja, pero cuando nos rodeamos de personas que son infelices, de manera crónica, entonces alcanzar la felicidad se vuelve mucho más complicado.
De acuerdo con varios estudios sobre la felicidad, tener buenas relaciones (de amigos, familia, en el trabajo y de pareja) es un factor clave para la felicidad, mientras que estar rodeados de personas tóxicas o muy infelices puede tener un efecto contrario.
Según explica el psicólogo Ajit Varwandkar en un artículo de The Times of India, “La negatividad se filtra en la mente más rápido que la felicidad”, lo que puede hacer que una persona feliz se vea afectada negativamente al estar rodeada constantemente de personas infelices o negativas. Esto se puede evitar cuando se tiene mucha fortaleza mental y cuando se han desarrollado buenos hábitos para mantener la felicidad y la satisfacción, pero hay casos en los que también es importante poner un poco de distancia con las personas problemáticas.
Las personas tóxicas pueden ser muy destructivas y si no se tienen las herramientas para lidiar con ellas, lo mejor sería reducir el tiempo que se pasa con ellas, o incluso considerar si lo mejor sería dejar esa relación.
Los tipos de personas infelices que te roban tu felicidad
Las que siempre ven el lado negativo
Siempre hay dos formas de ver el mundo y los problemas. La primera se enfoca en lo positivo, en lo que se puede aprender y en las oportunidades de crecer a partir de lo que sucede, la otra es negativa y se enfoca en los problemas, lo que no salió bien, la culpa y el paso de los errores.
Es normal que nos sintamos negativos de vez en cuando, lo que pasa es que la negatividad es contagiosa, en especial cuando siempre estás rodeado de ella, y eso puede tener todo tipo de consecuencias que no son buenas.
Las que se quejan por todo
Quejarte de las cosas puede ser una forma de desahogarte o de sacar tu enojo y frustración, pero hay un límite. Las quejas en realidad no son una solución y cuando se hacen en exceso pueden destruir la motivación y las ganas de las demás personas, además de que puede ser molesto estar escuchando a alguien encontrar siempre algo para quejarse.
No quiere decir que se deba caer en el positivismo tóxico, sino que hay que buscar que las quejas vengan desde un lugar constructivo y que la narrativa no sea siempre negativa, ya que eso lo puede ir consumiendo todo con el tiempo, y puede hacer que las demás personas empiecen a tener la misma mentalidad de derrota.
Las que no pueden celebrar tus logros
Las personas negativas pueden tener dificultad para reconocer y celebrar los logros de los demás, ya sea por celos o envidia, o simplemente porque mentalmente no tienen la energía para hacerlo y para ver más allá de sus propios problemas.
Y todos necesitamos ser reconocido de vez en cuando, eso motiva, ayuda a tener una buena retroalimentación y a tener las ganas de seguir poniendo esfuerzo en las cosas, y es por esto que no es la mejor idea tener a alguien que simplemente no puede hacer eso y nunca deja espacio para que puedas ser el centro de atención o de la conversación.
Las “One-Uppers”
Los One-Uppers son las personas que siempre tienen “uno más que tú”. Se trata de personas que, cuando les cuentas tus problemas, encuentran la forma de hacer que la conversación se vuelva sobre ellos, siempre intentando demostrar que la están pasando peor, que sus problemas son más importantes y desestimando los de los demás.
Tener personas así evita que los demás se puedan sentir escuchados o que sientan que tienen un espacio para expresarse, y eso lleva a que la relación se sienta unidireccional y que las conversaciones sean monólogos.
Las que siempre se sienten atacadas
Otro tipo de personas infelices que pueden ser tóxicas son las que siempre sienten o se comportan como si estuvieran siendo atacadas por los demás. Por ejemplo, si alguien no les contesta un mensaje rápidamente, reaccionan preguntando si pasó algo, si hay un problema o si los demás están enojados. El problema es que esto se puede convertir en una dinámica agotadora y frustrante, en la que siempre debes estar defendiendo tus acciones y asegurando a la otra persona que no hay problemas.