“Nos han robado, hemos pasado hambre, frío y lluvia”, expresa Josemi, venezolana de 19 años
Luis Ángel Estrada
La Prensa
CASTAÑOS, COAHUILA. – Cada caravana trae consigo infinidad de historias por parte de los migrantes, quienes esperan ya sea a orillas de las vías del ferrocarril o ‘montados’ como ellos así le llaman sobre los vagones con la esperanza de que vuelva a arrancar.
Han pasado alrededor de 72 horas en la Estación Bocatoche, con frío, hambre y lluvia pero con la esperanza de poder avanzar hasta poder llegar a los Estados Unidos.
Tal es el caso de Josemi Argensone, originaria de Venezuela, cuenta con 19 años de edad, explicando que es terrible la experiencia que ha vivido desde el momento en el que sale de su país.
“Nos parece injusto el que nos digan que nos van a llevar hasta Piedras Negras y no es cierto. Nos han robado, hemos pasado hambre, frío y lluvia”.
Agregó que la gente no sabe de cuántos muertos se han quedado en el camino, siendo la principal causa los atropellados por el tren.
Dijo que en su país natal trabajaba en un local dedicado a la venta de perfumes, pero no le alcanza con el raquítico sueldo, y busca llegar a los Estados Unidos para brindarle una mejor calidad de vida a su mamá que se quedó en la nación venezolana. Viene acompañada con su novio, dejando en su tierra además de su madre, su hermano y su abuela materna.
Relató que tomó la decisión de continuar su travesía de manera pedestre, al ver que el tren no avanzaba, ella, su novio y un grupo de venezolanos siguieron su aventura a pie.
Mientras que Anthony viene acompañado de su familia, también es originario de Venezuela, salió hace tres meses de su país natal. Trabajaba como taxista en el país sudamericano, pero reconoce que la situación es insostenible y no alcanza para la manutención de su esposa e hija.
Añadió que está desde el pasado lunes por la madrugada en la Estación Bocatoche, al ver que no hay indicios de que el tren arranque estará continuando su labor a pie.
Por su parte José es nativo de Honduras, salió hace un mes de su país junto a su esposa y un hijo, ellos por medio de los conocidos como ‘polleros’ aparentemente ya están en Estados Unidos, pero lamentablemente no ha tenido comunicación con ellos, por lo que busca desesperadamente poder ingresar a la considerada la nación más poderosa del mundo.
Comentó que se dedicaba a trabajar un mototaxi, pero lamentablemente lo que ganaba no era suficiente para toda su familia, por eso es que decidieron emprender esta aventura del sueño americano.