Con frío y lluvia, familias de migrantes son obligadas a caminar kilómetros para llegar a la frontera, sin importar que en el grupo vayan niños pequeños
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
“¡No nos queremos quedar en su país, sólo vamos de paso, prefieren ver a los niños pasando necesidad, hambre, frío o caminando, cuando solo queremos llegar a Estados Unidos!” gritaban migrantes desde los vagones del ferrocarril.
Mientras esperaban que el tren retomara su camino, los migrantes referían que agradecían el apoyo y la gran solidaridad de los habitantes de la región centro de Coahuila, sin embargo, señalaban que el Gobierno Federal no tenía corazón.
Desde los vagones del ferrocarril lamentaban que podrían pasar Navidad o Año Nuevo entre los fierros del tren, caminando o durmiendo en la vía pública debido a que las autoridades del Instituto de Migración no los dejan avanzar.
Y referían: “Es triste, el Gobierno Federal y Migración quieren vernos así, caminando, con frío, durmiendo en la calle, a pesar de que traemos niños pequeños. Son malos, prefieren ver a los niños sufrir”.
Y señalaban: “Ayer veníamos en el tren y nos bajaron a las 10 de la noche, en pleno frío, cuando viajamos con seis niños menores de 9 años. Es injusto, han padecido lluvia, sol, todo, pero aquí vamos de nuevo”.
Y aseguraban que el personal del Instituto Nacional de Migración les refería: “Como no podemos deportarlos se van a bajar y van a caminar’ y reiteran: “Son malos. Dios quiera en la vida les toque migrar a sus hijos”
Incluso mencionan que han trabajado para pagar un pasaje y en el camino los bajan por no pagar los 200 pesos por persona que exige el Instituto Nacional de Migración, por lo que caminan kilómetros y kilómetros.
AGRADECEN APOYO
DE LA CIUDADANIA
Los migrantes procedentes de Venezuela agradecieron el apoyo y la gran solidaridad de los habitantes de la región centro del Estado, quienes dicen, son buenos y tienen un gran corazón.
Sin embargo, señalaron que el Gobierno Federal y el personal del Instituto Nacional de Migración no tienen corazón por dejar a la intemperie a miles de migrantes, en la noche, en el frío, cuando vienen mujeres y niños.
“Estamos muy agradecidos con el pueblo porque nos recibió muy bien, la gente de México nos ha tratado de maravilla, es buena, tiene un gran corazón, pero el Gobierno Federal no tiene corazón, ni la gente de migración”.
Y refieren que personal del Instituto Nacional de Migración se reía y les decía ‘les faltan muchas noches’, ‘échenle ganas’, ‘vayan caminando’, ‘tienen que bajar del tren’ cuando en la Ciudad había frío, lluvia y neblina.
Sin embargo, agradecieron que en la Iglesia “Verbo Encarnado” de la Colonia Occidental les dieron cobija, comida, ropa invernal, para seguir su camino rumbo a Estados Unidos nuevamente a bordo del tren.