Los ataques de estos animales contra humanos no suelen ser muy frecuentes, pero sí muy violentos
Un buceador experimentó un escalofriante episodio que lo ha marcado de por vida. Dan White, buceando en las aguas de Egipto, se encontró frente a frente con un tiburón de punta blanca. Lo que comenzó como un «encuentro genial» pronto se transformó en un momento de terror. El grupo de buceo de Dan observaba al escualo, manteniendo la calma ante la presencia de este depredador del océano. Decidido a capturar el momento, Dan empezó a grabar. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando un buzo alemán ingresó al agua, desencadenando la furia del animal.
El tiburón, perturbado por las burbujas de los buzos, se lanzó en un ataque frenético. Según Dan, el tiburón mordió la pierna de uno de los buzos, generando una escena de pánico y dolor. «Se agarró y no se soltaba», relató. Dan, aún conmocionado por el evento, recuerda vívidamente la pluma de sangre tiñendo el agua. El ataque cesó, pero fue un momento muy tenso. Esto ocurrió en 2018, pero se volvió viral en redes sociales de nueva cuenta.
¿Qué pasó con la persona que fue atacada por el tiburón?
A pesar del horror del ataque, la rápida intervención de los socorristas fue crucial. Aplicaron un torniquete en la pierna lesionada y administraron medicamentos para el dolor. Afortunadamente, la extremidad se salvó, y la víctima se recuperó lentamente tras recibir atención médica en un hospital.
En 2022, el mundo experimentó una cifra de encuentros con tiburones no provocados que igualó a la del año 2020, alcanzando así los números más bajos en los últimos diez años. Según la información recopilada por el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones de la Universidad de Florida, hubo un total de 57 incidentes. Lo interesante es que la mayoría de estos encuentros ocurrieron principalmente en dos países: Estados Unidos y Australia.
¿Qué hacer en un ataque de tiburón?
En situaciones de encuentro con tiburones, la clave es mantener la calma y no entrar en pánico, aconseja Richard Peirce, un conocido experto en tiburones y ex presidente de Shark Trust. Los tiburones utilizan su boca para explorar su entorno, por tanto, el pánico y los movimientos bruscos pueden aumentar su curiosidad e interés. Además, es crucial mantener el contacto visual con el tiburón; esto puede hacer que se sienta incómodo y retroceda.
Es un error común pensar que hacerse el muerto disuadirá a un tiburón; en realidad, esto no funciona. En cambio, se recomienda defenderse atacando los puntos sensibles , siendo la nariz uno de sus puntos débiles más conocidos. Al retroceder, los expertos sugieren hacerlo lentamente, desplazando la menor cantidad de agua posible. Sin embargo, advierten que las posibilidades de salir ileso de un ataque de un tiburón grande son bastante bajas.