Coincide con el tercer domingo de adviento; oran por el bien común
Alexis Massieu
La Prensa
Motivos de celebración para la comunidad católica monclovense, fueron el día de ayer, el tercer domingo de adviento, y el cumpleaños número 87 del Papa Francisco, sin por ello olvidar, el dolor que está provocando en el mundo la guerra en medio oriente, en Ucrania, y la crisis humanitaria en torno al fenómeno de la migración, pidiendo los fieles a Dios por el bien común de sus hermanos.
Fue en la Parroquia Santiago Apóstol, donde el sermón estuvo profundamente ligado a la fiesta pascua que invita al arrepentimiento, y a la reconversión desde el silencio, encendiendo una vela de color rosa, que deriva del color morado, visto de otra manera, como un morado matizado.
“Sería utópico decir no pasa nada, o yo tengo otros datos, la Navidad quiere ser ese rayo de luz que trae la esperanza, la esperanza de que el Señor está cerca”, señaló el sacerdote.
La alegría, explicó: “es un fruto del espíritu santo, un don, que para recibirse requiere de la oración, ya que si bien, Dios nos da más de lo que pedimos, es necesario abstenerse del mal para vivir con alegría, que no es otra cosa, que la presencia de Dios en nuestras vidas”.
El sacerdote, invitó a los asistentes a la misa, a llevar luz y esperanza a donde sólo hay muerte y desolación, la esperanza y la alegría que implica la llegada de la Navidad.