En busca de llegar a la “tierra prometida”, el país sudamericano se vacía aceleradamente
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Con ropa invernal obsequiada por filántropos para paliar el frío, algunas familias venezolanas con paso presuroso al norte se adelantaron a la mega caravana multinacional que partió de Chiapas y Tabasco el 24 de diciembre para alcanzar Piedras Negras la nueva “tierra prometida”, en su éxodo hacia Estados Unidos, el país sudamericano se vacía aceleradamente.
Con equipaje cuyo inventario es una maleta repleta de ilusiones, las familias que incluyen niños de 4 y 6 años de edad, deambulan por calles de Monclova con hambre, sed y frío, los mayores lucen sandalias soportando frío en los pies que se calientan ante la idea de llegar pronto a Piedras Negras y de ahí cruzar clandestinamente a Eagle Pass, Texas, en pleno invierno y Año Nuevo.
Andrés, quien como padre de familia es guía de su familia, buscaba en calle Ildefonso Fuentes un taxi que los llevara al norte de Monclova y de ahí iniciar la siguiente etapa; la ruta pedestre hacia Estados Unidos.
Esto, después de un peregrinar de meses con miles de kilómetros recorridos desde su natal Caracas en el extremo sur del Mar Caribe, luego por el norte de Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México.
Sin embargo, el taxista, únicamente les explica la ruta que deben seguir hasta Estancias y de ahí montarse en la Carretera Federal 57 hasta la frontera de Coahuila con Estados Unidos, otro tramo a los miles de kilómetros que hasta Marco Polo se asombraría. El trabajador del volante no acepta la propuesta de llevarlos porque la sanción implica cárcel.
Con acento afrocaribeño muy peculiar de los caraqueños, casi idéntico al cubano, Andrés, dice que el objetivo es llegar a Estados Unidos, desafiando la corriente mortífera de las traicioneras aguas del Río Bravo, que son famosas entre la vasta comunidad migrante, pero nada parece detenerlos.
La narrativa de los indocumentados es la misma entre los migrantes extranjeros en busca del dueño americano; aduanas naturales de selva, ríos caudalosos que hay que cruzar, animales salvajes y otros venenosos, pero también la maldad humana de extorsiones y otras acciones delincuenciales.