por Francisco Rocha Garza
Parte 1 de 2
La Tierra está llena de vida, las montañas, valles, desiertos, playas, lagos, ríos y mares, inclusive el aire, están habitados por seres vivientes. El número de especies animales y vegetales es enorme, pero las especies que dejaron de existir en la tierra es indudablemente mucho mayor. ¿Cómo se originaron estas especies? ¿Ha sido la vida siempre igual? Para contestar estas preguntas tenemos que estudiar los fósiles que se encuentran en las capas geológicas en algunos lugares de la tierra.
El estudio de los animales y plantas que vivieron en épocas geológicas anteriores a la que vivimos, es la ciencia llamada Paleontología, o sea el conocimiento de la vida antigua, traduciéndola del griego. A toda huella o resto de animales y plantas que se encuentran en las rocas de origen sedimentario de la tierra se le llama fósil. La Paleontología se divide en varias ciencias, para poder estudiar por separado los restos de organismos que vivieron en otras épocas geológicas: 1.) Paleobotánica: estudia las plantas fósiles, siendo de lo más importante la Palinología, que estudia el polen y esporas, principalmente para la búsqueda del petróleo; 2.) Paleozoología: Estudia los animales fósiles y se divide a su vez en vertebrados e invertebrados, dentro de este último es importante la micro-paleontología, que estudia los fósiles por medio del uso del microscopio; 3.) Paleoecología: estudia las condiciones de vida y el clima de cada zona donde se encuentran fósiles.
El tiempo geológico se mide en eras, que se dividen en periodos y luego en épocas. La era más antigua es la precámbrica, llamada también eón precámbrico. Le sigue el paleozoico con los períodos cámbrico, ordovícico, silúrico, devónico, carbonífero, pérmico. Luego viene la era mesozoica con los períodos triásico, jurásico y cretácico. Y, por último, las eras terciaria y cuaternaria. Entre todos estos períodos, los que más interesan para estudio de los fósiles de Coahuila son: el carbonífero en su división pensilvano, el pérmico, el cretácico y el cuaternario, en su división pleistoceno.
Si nos imaginamos que la historia de la tierra se pudiera representar en un año calendario, tendríamos los primeros ocho meses sin vida, en los dos siguientes estaría la vida más primitiva (virus, bacterias), los mamíferos aparecerían hasta la segunda semana del último mes, el hombre (homo) entraría a escena a las 11:45 p.m. del último día del año, y la historia escrita de la humanidad estaría en los últimos seis segundos del año.
Para catalogar un resto o huella de organismo viviente como fósil, debe tener cuando menos 11,000 años, que es cuando empieza el pleistoceno. De este periodo, tenemos en Coahuila restos de mamut en varias localidades: Castaños, Monclova, Saltillo, Candela y las Esperanzas; de mastodonte, en el ejido Trincheras de Nadadores y en localidades de estados vecinos, como Monterrey, Mina, El Porvenir y Las Estacas en Nuevo León, y en Yepómera, Chihuahua. Normalmente en los restos fósiles del pleistoceno lo que mejor se conserva son las muelas, dientes, o colmillos por ser de material duro (marfil o esmalte), los huesos son muy ligeros y porosos, por lo que se desmoronan con facilidad. Existen varias técnicas de extracción y consolidación de restos frágiles, usadas por expertos que aseguran la conservación de este tipo de fósiles. Los fósiles que mejor se conservan son los restos de partes duras, como conchas, caracoles, erizos, madera, huesos y dientes; también las huellas de gusano y de dinosaurio, que por lo general son reemplazados por minerales disueltos en agua, principalmente calcita y sílice, y en otras ocasiones por lodo y arena.
En Coahuila se han encontrado restos de dinosaurios en los municipios de Saltillo, Múzquiz, Ocampo, Parras, Ramos Arizpe y General Cepeda. Como ejemplos de fósiles en Coahuila tenemos: conchas, caracoles, amonitas, erizos, madera, impresiones de hojas, caracoles, briozoarios, huellas de gusanos, crinoides, cangrejos, huesos de dinosaurio y de mamíferos, dientes de tiburón, fragmentos de caparazones de tortugas, frutos, y semillas, coprolitos y foraminíferos.
Hay afloramientos del cámbrico (hace 600-500 millones de años) en la parte sur occidental del estado, así como también del pérmico (hace 250-230 millones de años), y del jurásico (hace 181-135 millones de años). La mayoría de las localidades fosilíferas del estado son del cretácico (hace 135-65 millones de años), teniendo abundancia de ellas en la región central.
Asimismo, hay localidades cuaternarias (hace 20,000 años) en numerosos lugares, donde han sido colectados restos de mamut y de caballo, habiendo materiales expuestos en los museos de Monclova, Saltillo y Torreón. El museo del Ateneo Fuente de Saltillo custodia una colección muy interesante de fósiles, en la cual destacan materiales óseos de mamut e invertebrados, principalmente europeos. En el museo de Torreón se encuentran materiales de la región lagunera, y en Monclova se exhiben fósiles de esta región, así como de la parte central del estado, en el museo El Polvorín.
(a continuarse la próxima semana … parte 2)
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Contribución de Francisco Rocha Garza, con apoyo de socios Arqueosaurios: Arnoldo Bermea Balderas, Juan Latapi O., Luis Alfonso Valdés Blackaller, Oscar Valdés Martin del Campo, y Willem Veltman.
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