Madre de la joven nigropetense, decidió en medio del dolor, donar los órganos de su hija
Karla Cortez
La Prensa
Aún con el dolor y la impotencia de no poder hacer nada para salvar la vida de su hija, pero al saber que seguirá viviendo en otras personas, fue lo que motivó a Catalina a donar los órganos de Zoé.
“Duele mucho tomar la decisión de donar los órganos, pero sé que mi hija vivirá en cada una de las personas a las que ayudará a vivir”, expresó.
Esas fueron las palabras de Catalina Alfonso Farías, quien en 24 horas supo que su hija Zoé Viridiana era candidata a donar sus órganos, tras registrar una asfixia y, por consecuencia, una hipoxia cerebral que derivó en muerte encefálica.
El pasado 26 de diciembre, en Piedras Negras, Zoé Viridiana desayunaba con su novio y con su hija Ana Lucía, de 6 años, apenas unas horas después de Navidad, cuando su historia cambió.
“Hay gente que sufre como yo, viendo agonizar a sus hijos, pero también pienso en la otras personas a las que se puede ayudar y que Zoé siga viviendo en ellos, por ese motivo decidí donar parte de sus órganos”, dijo.
Entre lágrimas y sollozos, previo a despedirse de su hija que permanecía en el hospital, Catalina compartió que al inicio dudó en tomar la decisión; sin embargo, saber que otras personas sufren por ver a sus familiares postrados en cama por una enfermedad, sin que puedan hacer nada por salvarles la vida, fue lo que orilló a la madre a ayudarlos.
“Es muy difícil ver a tu hijo postrado en una cama y no poder hacer nada, así que, si los órganos de mi hija sirven para brindar vida a alguien más y darles consuelo en su corazón, con mucho gusto… Sé que mi hija seguirá viviendo aunque su cuerpo ya no estará presente y que ya no la veré físicamente”, señaló.
‘SIN DUDARLO LO HUBIERA HECHO’
“Si alguien más pasa por una situación como la mía, les digo que duele mucho tomar esta decisión, pero piénsenlo bien, porque salvan vidas, es una vida más de esperanza y su familiar va a seguir viviendo”, agregó.
Aunque todos sus familiares opinaron sobre el hecho y algunos sí la apoyaron, fue Catalina quien finalmente tomó la decisión.
REGALANDO VIDA
Catalina, quien viajó desde Piedras Negras en una ambulancia a Saltillo con su hija conectada a distintos aparatos y equipos médicos que la mantuvieron con vida, dijo que tan sólo para cumplir con este propósito le gustaría volver a ver a los pacientes que se beneficiarán con sus órganos; se calcula que serán alrededor de 85.
Conmovida por la cantidad de beneficiarios que lograrán una mejor condición de vida y en medio de su dolor, Catalina muestra su fortaleza, mientras que el resto de su familia no logra salir de su asombro ante el alcance de esta donación.
Con contratiempos y con el apoyo de una segunda ambulancia, el viaje inició a las 16:00 horas del miércoles 3 de enero, llegó al Hospital General de Saltillo por la noche, donde fue internada en la sala VIP.
La familia desconocía el tema de la donación de órganos para dar vida a otros pacientes en espera. Aunque se encuentran destrozados por la pérdida de Zoé, se mantuvieron firmes en esa decisión.
Entre lágrimas, dolor y mucha tristeza, la familia caminó entre los pasillos del Hospital General para despedir a Zoé Viridiana, quien más tarde sería trasladada al quirófano para procurar sus órganos.
A su lado recordaron anécdotas de su infancia, le manifestaron su amor y su admiración infinita, mientras que entre palabras dulces le hablaron de su hija Ana Lucía y de su niñez.
Además de otros órganos, se procuraron los riñones, las córneas y tejido músculo-esquelético, y se busca también donar el hígado.
Francisco Hernández Esparza, director del Centro Estatal de Trasplantes, manifestó que se contaba con un paciente en lista de espera; sin embargo resultó incompatible.
Ante esto, los órganos se pondrán a disposición del Centro Nacional de Trasplantes para buscar receptores compatibles, pero sobre todo que sean coahuilenses.
De entrada, se buscan pacientes para hígado, riñones y córneas.
FUE TARDE
Desde los 3 años Zoé Viridiana padecía asma, condición que no le permitía tener trabajo.
La joven de 23 años sufrió un ataque de asma y de inmediato fue trasladada al hospital.
“El 26 de diciembre estaba almorzando y de repente empezó el ataque, le dieron su inhalador, pero no fue eso, sino una asfixia… En menos de 10 minutos ya estaban en el hospital, pero en el trayecto se desmayó”, comentó su madre.
“Aunque su pequeña de 6 años buscaba reanimarla pensando que Zoé estaba jugando, llegó al hospital sin signos vitales”, agregó.
Aunque los médicos lograron reanimarla, tardaron 18 minutos. En ese tiempo tuvo tres paros respiratorios y un infarto.
Zoé Viridiana fue trasladada al Hospital General de Piedras Negras, pero ahí se le detectó que los problemas respiratorios que registró afectaron su cerebro.
Al no contar con la licencia de procuración de órganos, a la joven se le trasladó al Hospital General de Saltillo, donde inició el proceso de regalar vida.
Creo que Zoé Viridiana hubiera aceptado ser donadora, era una niña muy especial a sus 23 años, sé que sin dudarlo lo hubiera hecho”