A pocas horas de su despegue, la nave presentó problemas de propulsión
EL UNIVERSAL. Las expectativas sobre la llegada de la misión Colmena a la Luna eran muchas, pues representaba el primer aterrizaje al satélite natural, luego de más de 50 años, sin embargo, la empresa encargada de volar la nave espacial Peregrin, donde viajan los cinco micro robots de la UNAM, reconoce que lo más probable es que no se cumpla el objetivo y que, en cuestión de menos de 40 horas, la nave perderá el rumbo correcto que debería seguir para alunizar.
El lanzamiento de la misión Colmena, que forma parte del programa de Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS, por sus siglas en inglés) de la NASA, generó grandes expectativas, no sólo en México, sino también para la agencia estadounidense, que se alió con la UNAM para incluir la tecnología espacial, desarrollada en el Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), pues de lograrse su aterrizaje, se convertiría en en el primer módulo lunar estadounidense en volver a pisar la superficie lunar, ¡tras más de medio siglo!
Sin embargo, entre más pasan las horas, pareciera un objetivo imposible de cumplir, de acuerdo a lo dicho por Astrobotic, la empresa que construyó la nave Peregrin que, en la actualidad, trata de mantener su camino en la dirección correcta para que aterrice en la Luna.
De acuerdo con ingenieros de Astrobotic, los problemas surgieron un par de horas después de que la nave despegara de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida.
Tras ser impulsada por el cohete Vulcan Centauro, Peregrin se dirigió al espacio profundo en la dirección que Astrobotic tenía trazada, sin embargo, fue cuestión de horas para que presentase una primera falla, pues perdió la propulsión suficiente para que la nave condujera con fuerza, por lo que comenzó a decaer sin control alguno.
Este problema produjo un sobreesfuerzo en los propulsores, causando que la nave trabajara con una intensidad mayor de la que está capacitada.
Fue entonces que los ingenieros de la empresa lograron estabilizar el ritmo de la nave, dirigiendo la luz del Sol a la parte en que Peregrin tiene instalados paneles solares que, al entrar en contacto con el Sol, se recargaron como una batería y siguieron generando la energía necesaria para que siguiera en marcha, aunque Astrobotic tuvo que reconocer que se trata de una solución temporal, destacando que es probable que la misión no llegue a la Luna.
A pesar de las adversidades, Astrobotic no pierde las esperanzas y seguirá trabajando, al menos, para que la misión se acerque lo más posible a su objetivo, pues de ese modo, podrán estudiar cuáles fueron las fallas más frecuentes durante el viaje y cuáles son las soluciones en las que se tiene que concentrar, por lo que, llegue o no llegue a la Luna, la empresa tratará de rescatar el rumbo de Peregrin hasta el último momento.
«En este momento, el objetivo es acercar a Peregrin lo más posible a la distancia lunar, antes de que pierda la capacidad de mantener su posición apuntando al Sol y posteriormente pierda energía», escribió la empresa en un comunicado.
La compañía reconoció que la estabilidad de vuelo de Peregrin podría durar sólo 40 horas más, desde el momento en que dio a conocer el comunicado en adelante.
La NASA también se ha pronunciado, asegurando que es consciente de que un proyecto de tales magnitudes «conllevan un nivel de riesgo», sobre todo porque en él viajan prototipos creados por empresas que nunca han viajado a la Luna, como es el caso de Colmena que, para su realización contribuyeron alrededor de 250 estudiantes de la UNAM y el IPN, pero no sólo ellos, pues la agencia estadounidense invirtió más de 108 millones de dólares para financiar la fabricación de cinco cargas útiles, con otros equipos de investigación de todo el mundo, pues lucha a marchas forzadas para que Estados Unidos se convierta en el primer país en volver al satélite en esta nueva constante de «conquistar» el denominado «Nuevo Espacio».