Contrario a lo que muchos creemos, somos capaces de percibir mucho más que lo que nos ofrecen la vista, olfato, gusto, oído y el tacto
Cuando tenemos temperatura, sentimos frío, nos duelen las desilusiones amorosas o una muela, o nos pesa la pulsera, los aretes o el reloj, nuestro cuerpo lo percibe, y no lo hace a través de los cinco sentidos tradicionalmente conocidos.
Es decir, esa sensación de temperaturas, ese peso de objetos y el dolor o placer sentimental o corporal no los olemos, no los degustamos, no los vemos, no los tocamos, ni los oímos.
¿Cómo es entonces que los percibimos?
Contrario a lo que muchos creemos, nuestro cuerpo es capaz de percibir mucho más el entorno que lo que nos pueden ofrecer la vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto.
Hay muchos otros sentidos clasificados, al grado que algunos especialistas han llegado a mencionar hasta 28 adicionales a los cinco que todos conocemos.
La diferencia entre los cinco sentidos comunes, llamados exteroceptores, y los otros sentidos que nos permiten escudriñar en nuestras sensaciones, llamados interoceptores, es que los primeros captan las situaciones, sensaciones, partículas y objetos ajenos a nuestro propio cuerpo, mientras que los segundos permiten conocer y asomarnos en nuestro interior.
Como ejemplos de estos últimos, que están presentes desde que nacemos, te mencionamos los siguientes, para que conozcas más de ti y de tu interior:
TERMOALGESIA: Nos permite sentir la temperatura corporal interna; por ejemplo, cuando tenemos fiebre.
TERMOCEPCIÓN: Es el sentido del calor o su ausencia en la piel.
BARIESTESIA: Ayuda a percibir, entre otras cosas, el peso y la presión que nos ejercen ciertos objetos en nuestro cuerpo, entre ellos la propia ropa, el reloj, la pulsera, los aretes, etc.
NOCICEPCIÓN: Es la percepción del dolor a partir de la piel, las articulaciones y los órganos corporales.
Una clasificación de los sentidos y subdivisiones
- Vista (luz, color)
- Oído
- Olfato
- Gusto (dulce, salado, agrio y amargo)
- Tacto
- Nocicepción (dolor)
- Mecanorrecepción (propiocepción, equilibriocepción y kinestesia)
- Termocepción (frío y calor)
- Interocepción (Presión arterial, contenido de oxígeno en la sangre, nivel de glucosa en la sangre e inflamación de pulmones)
PROPIOCEPCIÓN: Se refiere a la conciencia corporal; es decir, nos provee de un conocimiento inconsciente sobre dónde se encuentra cada parte del cuerpo, sin necesidad de verla o sentirla.
CENESTESIA: Es la sensación general de la existencia del propio cuerpo. La conforma un conjunto de sensaciones relacionadas con la propiocepción, dadas por sus órganos internos, pero no ubica las partes del cuerpo, como sí lo hace la propiocepción.
CINESTESIA o KINESTESIA: Son las sensaciones que se transmiten desde todos los puntos del cuerpo al sistema nervioso. Se refiere principalmente a la percepción del movimiento y nos ayuda a captar el equilibrio, el espacio y el tiempo. Abarca dos tipos de sensibilidad: la sensibilidad visceral interoceptiva y la sensibilidad propioceptiva o postural, cuyo asiento está situado en las articulaciones y los músculos, y cuya función consiste en regular el equilibrio y las acciones voluntarias coordinadas necesarias para llevar a cabo cualquier desplazamiento del cuerpo.
SINESTESIA: No todos los seres humanos tienen desarrollado este sentido. Se refiere a la percepción de olores cuando se escucha música o se dice una palabra, o hasta oler y encontrar sabor a los colores. Es decir, es la percepción conjunta o interferencia de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo. Un sinestésico puede, por ejemplo también, oír colores, ver sonidos y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada.
EQUILIBRIOCEPCIÓN: Es el sentido del equilibrio, conocido también como sistema vestibular, que reside también en el oído. Se encarga de la percepción de la posición de la cabeza y su movimiento.
INTEROCEPCIÓN: Es la representación del estado de nuestros órganos, en la que cada uno de ellos se siente por sí mismo. Nos permite sentir, por ejemplo, el ritmo cardiaco, es decir los latidos del corazón; o la sed, el hambre, la excitación sexual, las náuseas, etcétera.
Estos son los sentidos conocidos, aunque hay especialistas que han encontrado múltiples subdivisiones, incluso entre los cinco sentidos tradicionales, hasta llegar, en algunos casos, a más de 30 sentidos clasificados.
Tampoco se puede dejar de mencionar que hay estudiosos que mencionan la existencia de otro tipo de sentidos, que no sólo nos permiten conocer nuestro propio interior y lo que nuestro organismo capta de manera tangible desde el exterior, sino que nos permiten ser capaces de percibir la interioridad de otra persona (por ejemplo, el pensamiento ajeno).
Las investigaciones en el campo de la percepción sensorial han avanzado significativamente desde 2013, y se han identificado más sentidos más allá de los cinco tradicionales. Un artículo en Big Think de 2016 sugiere que los neurocientíficos reconocen entre 22 y 33 sentidos humanos, ampliando la comprensión tradicional que se tenía de las capacidades sensoriales.
Además, Sensory Studies señala que la experiencia sensorial está ordenada tanto cultural como físicamente y que hay al menos diez sentidos reconocidos, con posibilidades de hasta 33, de acuerdo con estimaciones científicas actuales.
Estas perspectivas modernas resaltan la interacción y superposición de los sentidos y proponen una visión más holística de la percepción sensorial.