Conmovido por el apoyo que recibe a partir de que se viralizó el caso de la quinceañera, Jeshua Meléndez narra el sufrimiento del pequeño y de su familia; “es algo que no le deseo a nadie”
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
El caso de Marely, la joven que celebró sus 15 años de edad en la plaza principal de Monclova, visibilizó el caso de Maximiliano, el niño de escasos 5 años que requiere un trasplante de médula ósea que tiene un valor superior a los 300 mil pesos.
Jeshua Meneses, padre del pequeño Max, admitió que tuvo que viralizarse el caso de Marely, la joven de 15 años, para que la ciudadanía volteara a ver el caso de su hijo, quien tuvo una recaída mixta a finales del año 2023.
El padre de familia reveló: “Cuando recién empezábamos-que mi hijo tuvo la recaída-no recibíamos el apoyo, tuvo que pasar lo de la niña que se viralizó, de una niña quinceañera y mucha gente empezó a compartir el caso de mi hijo”.
Explicó que el pequeño Maximiliano requiere de un trasplante de medula ósea en un hospital privado que tiene un costo de 300 mil pesos, aunado al costo de internamiento y los estudios que se tienen que realizar, ya que, como papá es el mejor donador.
Y señaló: “Ahorita su seguimiento es en la clínica 25 del IMSS, va a acabar las quimioterapias y radioterapias y nos da más tiempo de juntar el dinero para su trasplante”.
Señaló que la gente lo puede contactar a través de su página de Facebook Jeshua Meneses, ya que, por lo pronto hay planes para hacer un baile en beneficio de Max con apoyo del músico Chon Arauza y otros grupos musicales.
TODO EMPEZÓ CON UN
DOLOR DE ESTOMAGO
Jeshua Meneses, padre de Max, compartió que su hijo inició con un dolor de estomago que nunca imaginaron se trataba de la enfermedad de leucemia, la cual, dijo; “No se la deseo a nadie. Es algo muy difícil, triste y doloroso, no hay como describirlo”.
En la entrevista señaló: “Esta enfermedad no avisa, llegó de repente y nos agarró de sorpresa; mi hijo era un niño normal, andaba jugando, corriendo y todo, incluso, cuando me lo diagnostican de cáncer él todavía estaba muy alegre, pero, cuando empezó su tratamiento cambio mucho”.
El padre de familia mencionó que el pequeño Maximiliano empezó con un dolor de estómago, el cual, no esperaban fuera de gravedad: “Pensábamos que era un dolor simple, lo consultábamos, se le quitaba el dolor, pero, nuevamente le regresaba”.
Fue así como decidieron llevarlo con un pediatra de Monclova, sin embargo, nunca pensaron que un dolor de estómago se convertiría en la enfermedad de cáncer y señala: “No se lo deseo a nadie, solamente la gente que ha pasado o está pasando por un proceso así, me entiende. Es algo muy difícil, triste y doloroso, no hay como describirlo”.
Y aunque menciona que Max tuvo una mejoría en un principio para finales del año tuvo una recaída mixta, ya que, el cáncer se le esparció para el cerebro y los testículos, es decir, que es un poco más difícil para la familia.
Y añadió: “El jueves le haremos un estudio de su cabecita, porque aparte de sus quimioterapias también va a recibir sus radioterapias, sabemos que las quimios son muy fuertes y aparte las radio, tenemos mucho miedo”, sin embargo, mencionó, que confían en Dios.