Estudio de la Institución Brooking menciona que «lo que está impulsando el crecimiento demográfico es que las personas viven más tiempo»
En el mundo, por primera vez, la población mundial de 50 años y más rebasó a los de 15 y menos, lo que tendrá las «implicaciones sociales y económicas más significativas», mencionan Wolfgang Fengler, Juan Caballero y Vijeth Iyengar en «La era de la economía de la longevidad», de la Institución Brookings.
En el reporte del think tank, los autores detallan «que el crecimiento demográfico actual está impulsado por la caída de la mortalidad de los adultos y no por la alta fertilidad«.
Añaden que «el hito que quizás tenga las implicaciones sociales y económicas más significativas se logró con relativamente poca fanfarria: el número de adultos mayores (de 50 años o más) superó al número de niños menores de 15 años por primera vez».
Agregan que «lo que está impulsando el crecimiento demográfico es que las personas viven más tiempo, lo que prolonga sus vidas mucho más allá de los 50 años».
Señalan que «la expansión de 800 millones de personas en el grupo de 50 años o más está fuertemente concentrada en los países en desarrollo de Asia. El aumento es particularmente notable en la clase de consumidores».
Sobre ese continente, indican que «además, los cambios demográficos de China se están produciendo en una etapa comparativamente temprana de su desarrollo económico. Para 2040, la población de adultos mayores de China se parecerá a la del Japón actual: su edad promedio llegará a los 48 años, en comparación con los 50 años en Japón este año. Pero el gasto promedio de un consumidor chino en 2040 será sólo dos tercios de lo que gasta un consumidor japonés hoy; de ahí la observación de que China es uno de los muchos países que envejecen antes de enriquecerse».
Concluyen que «si bien los cambios demográficos tienden a ocurrir a lo largo de décadas, el año pasado fue testigo de hitos importantes que atrajeron una atención significativa con enormes implicaciones sociales y económicas posteriores. Básicamente, las líneas de tendencia ahora se han convertido en titulares. Mejorar nuestra comprensión de estas realidades demográficas y sus consecuencias en las próximas décadas será cada vez más importante a medida que el mundo envejece a un ritmo más rápido que nunca».