Asaltos en carreteras, extorsiones por cobro de piso de la delincuencia, y sequía propician alza al triple en precios de alimentos de consumo básicos, y eso que no ha aumentado la gasolina
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Con rostro contrariado por la desenfrenada velocidad de precios de artículos de la canasta básica que se han triplicado, así abandonan los consumidores tiendas y fruterías; el presupuesto está parapléjico, se atribuye el fenómeno a la sequía y extorsiones de la delincuencia a agricultores e introductores de cebolla, tomate, papa, plátano, huevo, entre otras legumbres y frutas.
Escasas mercancías forman un esbelto contenido en bolsas ecológicas que cargan decepcionados consumidores después de haber dejado casi todo el presupuesto semanal en supermercados y fruterías, el dinero es caro y escaso. Desde un mínimo de 60 pesos y hasta 67 pesos se oferta el precio del kilogramo de la cebolla, alimentos en general han aumentado hasta el triple.
Metafóricamente el precio de la cebolla hace “llorar” a los consumidores; el limón es agrio también al bolsillo, y el costo de la naranja no endulza la vida, el pronóstico no es nada agradable porque así continuará imparable con hampones cobrando derecho de piso y extorsionando también en carreteras, catastrófico, devastador será en caso de incremento en gasolinas y diésel.
La situación crítica ya se convirtió en un ritual donde los consumidores llegan a las tiendas y enseguida mueven la cabeza hacia los lados, luego de leer precios etiquetados en frutas, hortalizas, carne, pollo y huevo.
La naranja que antaño se compraba en grandes cantidades por algunos cuantos pesos registró alza de 344 por ciento, pese a que en el embarque sale con 5 pesos y 45 centavos, pero en el súper es finalmente ofertado en 24 pesos con 18 centavos, el triple, al igual que el tomate que originalmente tiene un precio entre 13 y 17 pesos, pero que es ofrecido entre 50 y 55 pesos.
Tres factores devastan el poder de compra de los consumidores; la sequía, extorsiones de la delincuencia, asaltos en carreteras contra traileros y camioneros, y el remate de los intermediarios que especulan con el producto ejerciendo presión del producto al alza en medio de la angustia e impotencia de los consumidores, principalmente de aquellos que menos tienen.
Asaltos en carreteras, extorsiones por cobro de piso de la delincuencia, y sequía propician alza al triple en precios de alimentos de consumo básicos, y eso que no ha aumentado la gasolina.