El cohete Falcon 9 de SpaceX despegó desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA y envió el módulo lunar de Intuitive Machines hacia el satélite.
Otra compañía privada despegó hacia la Luna el jueves, un mes después de que el módulo lunar de un competidor errase la trayectoria y acabara regresando antes de acabar destruido.
La NASA, la principal impulsora de la misión y que llevaba experimentos a bordo, confía en alunizar la semana que viene en un intento de poner en marcha una economía lunar antes de hacer misiones tripuladas.
El cohete Falcon 9 de SpaceX despegó en plena noche desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA y envió el módulo lunar de Intuitive Machines hacia el satélite, a 370 mil kilómetros. La nave se veía como una gema de seis puntas —cada punta, una pata— al separarse con éxito del cohete y adentrarse en la oscuridad, dejando atrás la Tierra azul.
Si todo va bien, el 22 de febrero intentará aterrizar tras un día en la órbita lunar.
Apenas cinco países —Estados Unidos, Rusia, China, India y Japón— han logrado aterrizar en la Luna, y ninguna compañía privada lo ha conseguido por ahora. Estados Unidos no ha regresado a la superficie lunar desde que terminó el programa Apolo hace más de cinco décadas.
“Ha habido muchas noches sin dormir preparando esto”, dijo el cofundador y director general de Intuitive Machines, Steve Altemus, antes del vuelo.
La compañía con sede en Houston aspira a poner el módulo de 4 metros y seis patas a unos 300 km del polo sur del planeta, equivalente a aterrizar en la Antártida terrestre. Allí es donde la NASA tiene previsto llevar astronautas en algún momento de esta década. La agencia especial dijo que sus seis experimentos tecnológicos y de navegación en la sonda pueden ayudar a allanar el camino.
La primera incursión de la NASA en el servicio comercial de transportes a la Luna —el módulo Peregrine de Astrobotic Technology— falló poco después de despegar a principios de enero. Una rotura en el depósito de combustible y una enorme fuga hicieron que la nave se pasara de largo la Luna y volviera a entrar en la atmósfera 10 días después de su lanzamiento, para luego desarmarse y arder sobre el Pacífico. Otras misiones han llegado a la Luna antes de torcerse.
Un módulo de un grupo israelí sin fines de lucro se estrelló en 2019. Una compañía de Tokio dijo que su nave había chocado contra la Luna, y después una misión rusa tuvo el mismo destino.
Solo Estados Unidos ha enviado astronautas a la Luna. Gene Cernan y Harrison Schmitt, tripulantes del Apolo 17, fueron los últimos del programa en diciembre de 1972. No hubo más intentos hasta el proyecto de Astrobotic el mes pasado.
Intuitive Machines llamó a su módulo como el héroe de Homero en “La Odisea”. “Buen viaje, Odiseo. Ahora hagamos historia”, dijo Trent Martin, vicepresidente de sistemas espaciales.
La NASA paga 118 millones de dólares a Intuitive Machines para llevar su nueva ronda de experimentos a la Luna. La compañía también reunió a sus propios clientes, como Columbia Sportswear, que probará una tela metálica de chaqueta como aislante térmico del módulo, y el escultor Jeff Koons, que envió 125 miniaturas de la Luna en un cubo transparente.
El módulo también lleva la Eaglecam de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, que tomará imágenes de la nave durante el descenso. La nave dejará de operar tras una semana en la superficie.