“Ya estoy cansada. Mis nietos duermen en la calle porque nadie nos puede alquilar una habitación, nosotros no le estamos robando nada a nadie, vengo con mis 5 hijos y 5 nietos y tenemos mes y medio viajando”, expresó Milagros Yerena
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
A pesar de las acciones que implementa el Instituto Nacional de Migración para frenar la ola de migrantes continúa la llegada a través de las vías del ferrocarril, donde la mayoría de las familias viaja con niños y adolescentes.
El día de ayer (envuelta en una crisis nerviosa) se encontraba Milagros Yerena, originaria de Venezuela, luego de ser abordada por personal de Protección Civil para trasladarla a la parroquia “Verbo Encarnado” de Ciudad Frontera.
Envuelta en llanto mencionaba: “¡Vengo con mis hijos y mis nietos! Todo mundo nos cae encima, todo mundo nos persigue, todo el mundo nos acosa. Nosotras somos personas honestas, toda la vida hemos trabajado ¿Por qué nos tratan como si fuéramos animales?”
Dijo que iban a terminales de autobús y se negaban a venderles boleto, iban a un hotel y les negaban las habitaciones, mientras que el Instituto Nacional de Migración los perseguía y acosaba en todo momento.
“Ya estoy cansada. Mis nietos duermen en la calle porque nadie nos puede alquilar una habitación, nosotros no le estamos robando nada a nadie, vengo con mis 5 hijos y 5 nietos y tenemos mes y medio viajando”.
El personal de Protección Civil de Frontera les aclaró que únicamente los trasladarían a la Casa Amiga de la parroquia “Verbo Encarnado” para que pudieran comer, descansar o asearse, sin embargo, inicialmente se mostraban desconfiados.
Ella mencionó que en el trayecto les han robado y secuestrado, por este motivo, perdieron la confianza en mucha gente. La familia llegó en un vagón del tren, que abordaron en Gómez Palacio y bajo en Ciudad Frontera.
La abuela y madre de familia declaró: “No queremos estar molestando a nadie, queremos seguir nuestro camino, pero, no nos venden boleto para el pasaje ¿Cómo le hacemos?, uno trata de buscar otras vías”.
Ella mencionó que trabajaba en una fábrica de costura y otros en albañilería y barbería, por lo que quieren cruzar hacia Estados Unidos para mejorar su situación económica y la situación de los niños que los acompañaban y añadió: “Ahorita viajamos con 8 niños, de nuestra familia 5 y 3 de la señora”.