Aunque nació en la Ciudad de México, llegó joven a Monclova, en aquel entonces un pueblito y quedó enamorada de la gente, por ser extremadamente amable
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
La edad no es impedimento para una mujer. A la edad de 96 años, Beddy Nora Gamboa Lugo, presentó su libro llamado “Lo que Dios me pidió que hiciera”, una recopilación de cuentos inspirados en hechos fortuitos y en su familia y además de ello, plasma su amor por la naturaleza y la vida a través de dibujos, pintura y arte.
Beddy Gamboa, nació en el año de 1927 en el Distrito Federal. Y aunque estudio la carrera de Medicina decidió no ejercerla para evitar el estrés y decidió enfocarse en el amor por la naturaleza, la familia y admiración por la vida.
Ella contrajo matrimonio en la Ciudad de México en el año de 1955, donde tuvo a sus 4 hijos, 3 varones y una mujer, sin embargo, gracias a una oferta de trabajo que recibió su esposo en el Instituto Central Coahuila, la familia migró hacia la Ciudad de Monclova.
Ella recuerda: “Yo estaba acostumbrada a México, una ciudad grande y bulliciosa. Aquí (Monclova) era un pueblito que carecía de muchas cosas, pero me enamoré de su gente que en ese tiempo era extremadamente amable”.
Recuerda que vivía en la Colonia ‘La Loma’, sin embargo, cuando tenía necesidad de hacer las compras en la Zona Centro de la Ciudad esperaba el camión y era común que la gente se detuviera y la diera ‘ride’.
Y recuerda: “muchas veces salía a esperar el camión, pero no faltaba quien pasara en su coche y me preguntara ¿a dónde va? Y yo les decía ‘voy al centro’ y me decían ‘súbase, yo la llevo’, y con toda confianza me subía y sabía que me llevaba a donde podían”.
Otra cosa que le llamo la atención era que, al salir del cine, por la noche, veía las casas con las puertas y ventanas abiertas y recuerda ‘si acaso una silla atravesada para evitar que se metieran los perros, pero la gente era muy confiada’.
Beddy, quien desde niña tiene un carácter inquieto y creativo, también dedica su tiempo libre a realizar diferentes actividades artísticas nacidas desde su imaginación y de manera autodidacta escribe pensamientos, poemas, cuentos y su inspiración nace de la naturaleza, su familia, sus hijos, nietos, bisnietos y alumnos.
A partir del año 2002 satisface su inquietud creativa por medio del dibujo y la pintura experimentando con colores de madera, pintura al pastel, acuarela, oleo, pintura vinil y acrílica en la creación de varios murales en Conalep, en su familia y de sus hijos.
También experimenta con flores, hojas secas y semillas creando hermosas composiciones plásticas. En el año 2012 se integró al cuerpo de actores del grupo “Carreta de Locos” en la obra 2 por 10 igual 25 sueños de locos.
Más tarde su creatividad se vuelca en apoyo al proyecto de escenografía de la obra “El Caracol Encuerado” que dirige Liz Valdez, además tiene una profunda admiración por la naturaleza, que la lleva a descubrir formas y colores en las piedras poniendo de manifiesto su muy personal visión del mundo.
Además, es una mujer de profundas e intensas emociones que contempla la vida con singular optimismo consciente de que como seres humanos formamos un todo con el universo y que cualquier vivencia es un aprendizaje para fortalecer el espíritu.
En la entrevista expreso: “Me gusta mucho dibujar desde niña, pero, nunca tuve un maestro formal. Me gustaba mucho visitar los museos, sobre todo de arte, y me fijaba en los cuadros de grandes pintores, veía como daban las sombras, las luces y trataba de imitarlos un poco”.
Respecto a la pintura en piedras revela: “En cualquier parte las encuentro, en la calle, en el campo; las cojo, las analizo y pienso a que se parecen y creo un pájaro, una rana, etc. En una ocasión le pregunte a un compañero ¿a qué se parece? Y me dijo ‘a una papa’ y le dije ‘es un elefante’ y efectivamente de esa piedra hice un elefante”.
Y admite que ha decorado su casa y la de su familia con dibujos, flores y pintura y expresa: “algunos de esas figuras las vi en un folleto de pinturas, pero, las hice un poco a mi modo, el pájaro, el jabalí, las mariposas, busqué algunos libros y fotos de mariposas y de ahí saqué las ideas”.
Y aunque decidió no ejercer la medicina relata que adaptó la profesión de maestra, toda vez, que su esposo era maestro de inglés en el Instituto Central Coahuila y ella trato de aprenderle un poco.
“Nunca quise maestra de primaria, siempre estuve a nivel preparatoria enseñando inglés y algunas veces, como sabían mi trayectoria, di biología o anatomía, a eso me dediqué algunos años”.
PERSONAJE INCANZABLE Y
CON PROYECTOS EN PUERTA
A la edad de 96 años, Beddy Gamboa, presentó su libro “Lo que Dios me pidió que hiciera”, el cual se presentó el pasado sábado 4 de noviembre a las 5:30 de la tarde en la sala de usos múltiples de la biblioteca Pape.
Al preguntarle porque decidió titularlo ‘Lo que Dios me pidió que hiciera’ respondió: “porque siempre me lo pregunto, ¿Qué quiere Dios de mí? sobre todo ahora que paso de los 90 años y sé que pronto me voy a él y quisiera saber que me falta hacer.
Tras referirle que es mamá, abuela, pinta, actúa y escribe, ella refiere: “Si, me gusta mucho escribir, quizá porque soy una persona que habla muy poco, muy callada, en secundaria me pusieron de sobrenombre el telegrama porque casi no hablaba”
Y aunque se dice una persona callada, Bedy expresa mucho a través de lo que escribe, de lo que pinta y a través de su propio jardín y su propia casa, y señala: “Pero socialmente se convierte uno en un fracaso si no habla”.
Además, refiere que le costó muchísimo trabajo hablar ante el publico cuando fue maestra de preparatoria, sin embargo, tuvo la suerte de ser bien aceptada por los alumnos, maestros y padres de familia.
En la entrevista recuerda: “Quería mucho a mis alumnos y atendía sus problemas, los escuchaba fuera de clases, cuando ellos me lo pedían y tuve la suerte de ser bien aceptada”.
LIBRO BASADO EN CUENTOS
El libro ‘Lo que Dios me pidió que hiciera’ habla de cuentos, la mayoría inspirados en hechos fortuitos, ya que, a través de ellos le gusta hacer posible lo imposible como en el cuento “El Dúo Fabuloso”.
“Tengo varios cuentos, a veces me inspira un hecho fortuito o uno de mis nietos, es como una chispa que enciende fuego, pero, me gusta pensar en hacer posible lo imposible, por ahí viene un cuento de ‘El Dúo Fabuloso”.
Este cuento trata de una rana que no es aceptada por sus compañeras para formar su coro nocturno, un día el ruiseñor la escucha, se compadece de verla llorar tan desoladamente y trata de consolarla y la empieza a animar.
“El ruiseñor le dice como modificar un poco su canto para que se escuche mejor y la rana empieza a cantar y forman un dúo que se hace famoso mundialmente. Pero, es imposible la rana es nocturna y el ruiseñor diurno”.
EXISTE LA JUVENTUD MENTAL
Al preguntarle que la impulsa a crear nuevos proyectos, ya que hay gente que se siente viejo a los 30, 40 o 50 años, Bedy, menciona: ‘Yo he estado en preparatoria escuchando a los muchachos y eso le da a uno, vigor y juventud mental’
Ella añadió: “El cuerpo ya está cansado, ya necesito otro, pero, no hay donde los vendan para que pueda cambiar (bromea) me siento de 80 años, yo creo que el tipo de pensamientos te mantiene joven”.
Incluso refiere que ve un poco de televisión y que su canal favorito es Disney y como no escucha muy bien, ve películas que no tengan mucho diálogo, muchos le recomiendan películas demasiado infantiles.
“Me gustan muchas de ellas, sobre todo los cuentos, no quiero saber de tragedias, de dramas, es mejor algo tranquilo, porque he visto ancianos que después tienen miedo porque han estado leyendo las noticias”
Ella prefiere la Cenicienta, Blancanieves o temas relacionados con los Animales, los cuales, nos enseñan muchas cosas como la fidelidad del perro, ya que, el reino animal te muestra la armonía el equilibro y la lealtad.