Solicita FGE de Nuevo León revisar videos de la autopista Monterrey-Saltillo y del filtro carretero ubicado en Ramos Arizpe
Rodolfo Pámanes
LA PRENSA
RAMOS ARIZPE, COAHUILA.- Después del asalto ocurrido en la autopista Monterrey-Saltillo, del cual fueron víctimas un grupo de ciudadanos canadienses, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Nuevo León solicitó formalmente a la empresa concesionaria una copia de los videos de las cámaras de seguridad colocadas a lo largo de la carretera, ya que existe una alta posibilidad de que los sujetos puedan ser identificados.
Aunque existe un acuerdo de colaboración permanente entre las fiscalías de Coahuila y Nuevo León, este lunes se formalizará la solicitud para la revisión de las cámaras de seguridad que se ubican en puntos estratégicos de la carretera federal no. 40, en los límites de Ramos Arizpe y Saltillo. “Lo primero es identificar en qué tipo de vehículos se cometió este asalto. Son varias personas y por lo menos dos autos los que participaron en el despojo de las camionetas. Una vez que se tengan identificados vamos a pedir que se revisen las cámaras de seguridad en los límites con Coahuila, aunque también está la posibilidad de que se hayan regresado a Nuevo León o rumbo a Tamaulipas”, reveló una fuente que investiga el caso.
DELITOS SON FRECUENTES EN ESTA VIALIDAD
Además de los asaltos que se han registrado esporádicamente en este tramo de la autopista Monterrey-Saltillo, también se han reportado otros delitos, como los accidentes provocados por “montachoques”, quienes suelen afectar a ciudadanos con placas de Estados Unidos, pidiéndoles dinero para arreglar presuntos choques y daños a vehículos que son utilizados con esta finalidad.
Desde los primeros años de la operación de la autopista también se han registrado actos de vandalismo, ya que en el pasado se reportaron daños ocasionados por piedras que eran aventadas a los vehículos desde los puentes elevados en Santa Catarina.
En varias ocasiones personal de la Guardia Nacional División Caminos ha acudido en apoyo de personas y familias que son despojados de sus automóviles, la mayoría de las veces sólo a unos metros de la caseta de cobro.