Cuando la Pasión se Convierte en Peligro
#DatoMamuco:
El sobrino de Hitler, William Patrick Hitler, se alistó a la Marina de los EE. UU. y luchó en la guerra contra su tío.
Según el diccionario de la lengua española, fanatismo, es el apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas. Atendiendo a la RAE (para los amlovers no es referencia), lo peligroso aquí, es la palabra DESMEDIDA y esta significa, algo «desproporcionado, falto de medida, que no tiene término», yo le agregaría, fuera de la razón, pensar y sentir solo con el hígado.
Su manifestación ha estado presente en diversas formas y contextos durante toda la historia de la humanidad, desde la religión, deportes, cultura o política. La devoción extrema de un fanático hacia una creencia, idea o persona resulta peligrosa al volverlo irracional en su postura. Este actuar puede desencadenar violencia, intolerancia y conflictos no solo individuales, sino sociales. La falta de raciocinio nos lleva a extremos peligrosos, la ceguera nos hace pensar con los intestinos, y estos funcionan para procesar los alimentos y desechar ya saben que. Quien, con el estómago, deja de lado el cerebro y el corazón y da cabida al producto de su digestión.
¿Qué es la razón?
Facultad de discurrir. entendimiento, raciocinio, intelecto, inteligencia, perspicacia, sagacidad, racionalidad, juicio. Al estar en “modo” fanático esta facultad no se pierde, pero se inhibe llevando a una persona a un estado animal. Exacto mi querido lector la diferencia entre nosotros y de las bestias es eso; LA RAZÓN.
Volviendo al fanatismo, una de sus características es la naturaleza dogmática y cerrada a la razón y al diálogo, convierte al ser humano en un animal irracional, un borrego o parte de una manada que no sabe hacia dónde va, el único objetivo se vuelve seguir a un líder y morir por una idea, aunque esta sea estúpida y el líder un idiota. Los fanáticos tienden a adherirse de manera inquebrantable a sus creencias, sin considerar evidencia contraria o argumentos racionales que las cuestionen. Esta rigidez mental puede llevar a la intolerancia hacia quienes no comparten esas creencias, generando divisiones y conflictos en la sociedad.
Esta conducta puede surgir en diferentes ámbitos, en el religioso, por ejemplo, puede manifestarse en la forma de extremismo, fundamentalismo y persecución. Esta intolerancia lleva a sus devotos a estar dispuestos a cometer actos violentos en nombre de su fe, justificándolos como una expresión del fervor y fidelidad a sus principios. Judíos vs musulmanes, cristianos vs judíos, musulmanes vs cristianos. Llevan a cabo “Guerras Santas”, para imponer la creencia de una deidad, en el caso de estas tres religiones la imposición del mismo Dios.
En el ámbito del deporte puede manifestarse en forma de violencia en los estadios y rivalidades extremas entre aficionados de equipos contrarios. La pasión por un color o playera puede llegar a eclipsar valores como el respeto y la deportividad, dando lugar a enfrentamientos violentos que ponen en peligro la seguridad de los espectadores y de los propios deportistas. Los hinchas de una franquicia deportiva no solo insultan, sino lesionan y MATAN a los aficionados de otra banca, Monterrey, Querétaro, Torreón son testigos de ello.
También puede manifestarse en la censura y la intolerancia hacia formas de expresión artística y cultural consideradas como amenazas a las creencias establecidas. Los fanáticos culturales pueden intentar imponer su visión del mundo a través de la represión y la exclusión de aquello que consideran como «diferente» o «inaceptable». Por ejemplo, un rockero llega a repudiar a un grupero o reguetonero y viceversa como si tu preferencia musical te definiera como bueno o malo, inteligente o estúpido, trabajador o flojo, etc. ¿Cómo odiar a alguien por sus gustos?
En el ámbito político, puede llevar a la radicalización y al autoritarismo. Los seguidores de determinadas posturas ideológicas pueden rechazar cualquier forma de oposición y estar dispuestos a recurrir a la violencia para imponer sus puntos de vista. Esto puede conducir a regímenes totalitarios y a la supresión de las libertades individuales en aras de un supuesto bien común. Uuuuuuuy, para muestra un botón, si el cielo es azul y AMLO dice: “es rosa mexicano”, empezando por Claudia, sus seguidores insultarán a quienes lo vemos azul, aún con pruebas científicas, volviéndolos “terraplanistas”. El fanatismo creado por Andrés Manuel va tener un costo alto para el país, la apuesta del presidente es que su secta lo defienda, a capa y espada sin razón alguna, él no quiere ciudadanos, quiere bestias.
Combatirlo es un desafío complejo y requiere de un enfoque multidimensional. Es necesario promover la educación, el pensamiento crítico y el respeto a la diversidad como herramientas para contrarrestar la intolerancia y el dogmatismo. Asimismo, es fundamental fomentar el diálogo y el entendimiento entre diferentes grupos sociales, religiosos, políticos y culturales, buscando puntos de encuentro y soluciones pacíficas a los conflictos.
Cuando entras en estado fanático la actividad cerebral y la capacidad cognitiva disminuyen y aumenta la probabilidad de caer en conductas disruptivas o violentas. Limita la libertad, empobrece el orden psíquico, incomunica, limita la autocrítica y el afán de superación, reduce la riqueza de matices de la vida y en muchos casos desemboca en la negación de la dignidad humana, es un obstáculo para la convivencia pacífica y el progreso de la humanidad. Solo mediante el respeto mutuo, la tolerancia y el entendimiento podemos construir sociedades más justas, inclusivas y democráticas, donde las diferencias sean valoradas y celebradas en lugar de ser motivo de conflicto y división.
Por cierto, vamos para atrás, termino con la frase de Denis Diderot: “Del fanatismo a la barbarie hay un solo paso”. ¡Aguas raza!, hay quienes están a menos de eso.
F. Abraham Tobias Hernández
@AbrahamTobias