Néstor J. Hurtado Vera.
Así de rápido, así de sencillo, comenzó formalmente la recta final de la campaña presidencial y en el marco del segundo debate, se puede decir que comenzará la etapa del cierre de brechas, de dimes y diretes, de tensión política y sobre todo de estrés electoral; que induce normalmente a un proceso más interesante por ser considerado “acalorado” y discursivamente hablando, cada vez más subido de tono.
Lo registrado el pasado domingo en el segundo debate presidencial fue sencillamente un reflejo de lo que pasa con normalidad cada 6 años, en donde los aspirantes se dan con todo y en este caso principalmente las punteras, por eso no extrañó que el debate estuviera lleno de acusaciones, señalamientos y pocas propuestas.
Intencional o no, la dinámica entre los aspirantes a mitad de campaña, o a partir del segundo debate, suele ser más calurosa, de hecho, la mayoría de los “segundos tiempos” de las campañas presidenciales del México moderno han sido bastante interesantes.
Solo por mencionar algunos ejemplos, en los últimos 30 días, Calderón rebasó por la derecha a López Obrador en 2006, o en 2012, López Obrador se acercó muchísimo a Peña Nieto, y de más de 20 puntos de ventaja, quedaron solo a 6 puntos.
¿Porqué suele darse este efecto?, creo sencillamente que se debe a diversos factores, pero los más relevantes, son que la ciudadanía comienza a decidir por quién votar y borra la brecha del “voto oculto”, asimismo las y los aspirantes hacen hasta lo imposible para venderse con más fuerza y muchas de las veces al atacar a sus rivales suelen llamar más la atención del electorado.
Además, por estar a días del famoso “día D”, los partidos con grandes estructuras electorales, empiezan a aceitar la maquinaria y los trabajos en aire con redes, radio y televisión, se empatan con los trabajos en “tierra” y los ánimos suelen prenderse fácilmente.
Lo he venido diciendo, que si la oposición quiere tener posibilidades de crecer es ahora o nunca, y a mi consideración, la candidata del PRI-PAN-PRD, Xóchitl Gálvez hizo su chamba y a diferencia del primer debate, en este último ejercicio logró dar varios golpes certeros y metió en aprietos a la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum.
Ojo, no digo que sea lo mejor cuando lo ideal es lanzar propuestas, pero para efectos de encuestas y numerología, la aspirante panista logró el objetivo de ser audaz y convincente en los argumentos contra la morenista.
Aunque también creo que Jorge Máynez mejoró su discurso y por mucho fue el que más propuestas lanzó, está claro que esta campaña es de dos aspirantes con posibilidades de triunfo.
Sencillamente; si Xóchitl quiere al menos subir en las encuestas, necesita ser igual de aguerrida que en el último debate y como esto seguramente sucederá, le puedo garantizar que, en los próximos 30 días de campañas proselitistas, la cosa se pondrá bastante buena.
Mi recomendación es como en una buena serie, acomódese y disfrute del show, pero eso sí, infórmese y sea parte de las grandes decisiones nacionales. Vote y vote libre.