A diferencia de los pequeños que tuvieron fiestas y convivios, Julio y Beatriz acompañaban a su mamá que pedía unas monedas en el Bulevar Pape
Por Wendy Riojas
LA PRENSA
Mientras los niños celebraban el tradicional “Día del Niño’ con fiesta o convivio en las escuelas, Julio César de 6 años y Beatriz de cinco meses, originarios de Chiapas, acompañaban a su madre Graciela Rodríguez, haciendo malabares en Bulevar Pape con Ejército Mexicano.
El pequeño Julio César disfrutaba de un sabalito sabor vainilla y la pequeña Beatriz era cargada en el regazo de su madre, mientras está pedía el apoyo de la ciudadanía en Bulevar Harold R. Pape de Sur a Norte.
Graciela Rodríguez de 22 años, procedente del Sur del país compartió con LA PRENSA DE COAHUILA que van de paso por la Ciudad, ya que, no toleran las altas temperaturas y los intensos rayos del sol que se registran en Monclova y la región centro.
“Vinimos de paso-expresó Graciela con una sonrisa-vamos a estar un mes por el sol, porque aquí se queman mucho mis niños…Calienta mucho el sol, vamos a un lugar donde no haya mucho calor”.
Aun así, mencionó que requiere el apoyo de la ciudadanía con ropita talla 6 o 7 (niño) y 7 meses (niña), así como pañales talla grande y despensa, para continuar su camino por el Estado de Coahuila.
RECIBEN JUGUETES
Mientras Graciela Rodríguez de 22 años concedía la entrevista, Carmen, originaria del Estado de México, detuvo su automóvil para entregarle un juguete Halo y un balón de fútbol al pequeño Julio César y una muñeca Barbie a la pequeña Beatriz por la celebración del día del niño.
Carmen Romero mencionó que llegó a la Ciudad de Monclova hace 6 meses por cuestiones de trabajo de su esposo por lo que hace semanas vio la llegada de personas de Chiapas pidiendo el apoyo de la ciudadanía.
“Hace semanas empecé a ver que llegaron personas de Chiapas o de algún lugar del sureste, no se porque lo hacen, supongo que como todos quieren crecer y mejorar en la vida, tal vez piensan que moverse hacia acá es crecimiento”.
Y señaló: “Es importante recordarles que todos tenemos un futuro prometedor y que podemos llegar a ser lo que queramos. Necesitamos un poco de impulso, creer y apoyarnos entre nosotros, y lo más importante compartir”.
El pequeño Julio César, quien permanecía sentado en el camellón central de Bulevar Pape con Ejército Nacional, inmediatamente abrió su juguete Halo, mientras la pequeña Beatriz pedía a gritos su muñeca Barbie.