Elvia Valeika “N” fue llevada ante el Juez, acusada de un trato cruel hacia quien le dio la vida, pese a que vivía de “arrimada”. La dueña de la casa narró la pesadilla de los años vividos junto a su hija
Alexis Massieu
La Prensa
Tras varios años de vivir de “arrimada” en la casa de su mamá, una mujer identificada como Elvia Valeika “N”, fue llevada ante un juez penal el día de ayer, y vinculada a proceso por el delito de violencia familiar, entre otras cosas por darle un trato inhumano, despojarla de su casa y amenazar de muerte a quien le dio la vida.
Bajo el argumento de que ella ha vivido ahí toda su vida, Elvia Valeika “N”, se apodero (presuntamente) de la casa de su madre, de nombre Delia, la cual está localizada en la Zona Centro del municipio de Cuatro Ciénegas, y a donde llegó a vivir con el marido, y sus tres hijos, el día 15 de junio del 2021.
La víctima contó a las autoridades, que decidió darle alojamiento, pero que sería sólo durante tres días, mientras encontraba una casa, pero no ocurrió así, y comenzó a recibir malos tratos, como que no le permitían siquiera convivir con sus nietos.
Antes de que las agresiones ocurrieran, la afectada señaló, que Elvia Valeika “N”, vivía en Zacatecas con su pareja de nombre Miguel Ángel, y sus hijos, y que ella, como está divorciada, pasaba unas temporadas en su casa y otras en la casa de su hijo en Monterrey Nuevo león.
Así, el día 3 de septiembre del 2021, se fue de su casa para ir a pasar unos días con su hijo, y al regresar, se encontró con que habían cambiado la cerradura de su casa, y había dos perros Pitbull en el patio
La situación se complicó, luego de que un día, un hombre llamó a la puerta de la casa de la Señora Delia, y le preguntó si no estaba interesada en vender la propiedad, una conversación que fue escuchada por Elvia Valeika “N”: “Tú no vas a vender la casa, si me quieres correr, vas a batallar”.
La afectada se disculpó con el visitante, y ante la agresividad de su hija, decidió salirse del domicilio, por temor a que le fuera a pegar; “Me vas a sacar muerta”, le indicó.
Debido a la posibilidad de vender la casa, las agresiones presuntamente continuaron, al grado de que llegó Elvia Valeika “N”, llegó a amenazarla de muerte, diciendo que le haría una llamada a su gente de Zacatecas, para que la desaparecieran, haciéndole con la mano la seña de una pistola disparándose en su cabeza.
Cuando le llegó el turno a Elvia Valeika “N”, de declarar, decidió subir al estrado y dar su versión de los hechos: “Yo he vivido ahí toda mi vida, veinte y tantos años, la prueba son los recibos de luz y agua de los que yo me he hecho cargo, inclusive de construir, y jamás la he agredido”, negándose a responder cuando le preguntaron dónde y cuándo habían nacido sus hijos.
Con base a todo lo anterior, a los documentos que acreditan que la víctima, es la dueña de la casa, y su espontanea declaración, con la cual terminaría la audiencia inicial de la causa penal 156/2024, el juez resolvió que lo justo era dictar en contra de Elvia Valeika “N”, un auto de vinculación a proceso, y por medida cautelar, ordenar su salida del domicilio ese mismo día a las dos de la tarde con ayuda de la policía.
El proceso penal por el delito de violencia familiar, tanto patrimonial como psicológica, continuará con miras a la celebración de un juicio oral, concediendo el juzgador 2 meses a la defensa y al Ministerio público para que lleven a cabo una investigación complementaria, en busca de más pruebas a favor o en contra, tras los cuales, se reanudarán las audiencias.
UNA DAGA EN EL CORAZÓN
Mi nombre es Delia, es mi casa, herencia de mis padres, se la presté un tiempo porque no tenía donde vivir, se fue a Fort Worth, Texas, y nació su hija mayor allá, los otros dos en Fresnillo, Zacatecas.
La actitud de esa señora, el dolor que me ha causado, es una daga en el corazón, ¡en el alma!, nunca me habían tratado de esa manera, Me amenazó muchas veces—¿sigues con la idea de vender la casa?—eres una hija de tu… No es justo Señor Juez, Me fue acorralando, a tener que vivir en un solo cuarto.
La cocina estaba prohibida para mí, apagaban hasta las cenizas de la chimenea para que no pudiera calentar agua, y pasé 15 días sin poderme bañar, me limpiaba con un trapito con agua fría en pleno invierno, y ponían la música a todo volumen para no dejarme dormir.
Como ya no soportaba más, la víctima contó que tuvo que salir a la calle en busca de alguien que le rentara un baño para poderse asear, y cuando el Ministerio Público dictó a su favor diversas medidas de protección, el día 5 de junio del 2023, pese a ello, al ir llegando a su casa, “esa señora” como le llama su propia hija, la interceptó en la entrada, y aferrándose a la puerta, no le permitió entrar.
