Josué Israel López Morales deberá pagar más de 700 mil pesos a la familia de la víctima
Alexis Massieu
La Prensa
Tras confesar el homicidio de Roberto Misael Morales Nandín, a quien ultimó de un disparo en la cabeza, el 7 de mayo del año 2022, un juez penal condenó a Josué Israel López Morales, a pasar 5 años, 11 meses y 28 días en prisión, y pagar una reparación del daño a favor de la familia de la víctima, por 700 mil pesos, 500 en efectivo y el resto mediante 20 exhibiciones mensuales a partir del mes entrante.
Fue en el Centro de Justicia localizado en Ciudad Frontera, donde se llevó a cabo el procedimiento o juicio abreviado, en el que, a cambio de declararse culpable, Josué Israel López Morales, obtuvo una reclasificación del delito a homicidio en riña, y una pena que le permitió salir de la cárcel bajo la modalidad de la libertad vigilada.
De esta manera, y tras pasar 2 años en prisión, el homicida de Roberto Misael Morales, cumplirá con los 3 años 11 meses que le faltan en libertad, siempre y cuando cumpla con los 20 pagos mensuales de 10 mil pesos que le faltan para completar los 700 mil de la reparación, y otras tantas obligaciones encaminadas a garantizar la seguridad de la familia de la víctima y los testigos.
Entre esas medidas de seguridad, se condenó a Josué Israel, a no acercarse a las víctimas indirectas y testigos, a menos de 50 metros, no ir a sus domicilios ni a sus fuentes de trabajo, no contactarlos por su cuenta, mediante medios electrónicos o a través de otras personas, incluyendo la prohibición de vivir y visitar la cabecera municipal de Castaños.
Además de los anterior, el sentenciado, deberá abstenerse de portar o poseer cualquier tipo de arma, y de salir del país, esto último para prevenir que se sustraiga de la justicia, y no cumpla con lo que falta de la reparación del daño.
Durante la audiencia, en la que estuvieron presentes los familiares, tanto de la víctima como del sentenciado, el Ministerio público expuso los pormenores del caso, de tal manera que tuvieron que revivir lo sucedido aquella noche en la casa de la víctima localizada en la colonia California, de Castaños, cuando pese a no estar invitado, Josué Israel López Morales, llegó armado con un rifle y dos armas cortas, para ponerse a tomar bebidas embriagantes, junto a Morales Nandín y dos amigos suyos.
REVIVIENDO LA TRAGEDIA
Fue poco antes de la media noche, cuando Josué Israel, quien era funcionario municipal, llegó a la casa y taller mecánico de la víctima, luego de que momentos antes, había hecho lo mismo en el otro taller que tenía Roberto Misael Morales, y del cual se había retirado con sus amigos, para evitar a quien tenía problemas de drogas y era muy agresivo.
En la primera vez que llegó, apenas verlos se había sacado de la cintura un arma de fuego tipo escuadra, la cual se puso a manipular con un desarmador, y en la segunda ocasión, se acercó hasta la barra del área del asador, y puso ahí de manera brusca, un rifle de caza con mira telescópica de la marca Winchester.
Junto a Roberto Misael Morales Nandín, y sus dos amigos, Josué Israel López, se puso a tomar, el cual además del rifle, llevaba la escuadra calibre 380, y un revolver Smith and Wesson, cachas plateadas, que le prestó a la víctima para que lo revisara, siendo en ese momento que se le disparó el arma, por no saber que estaba cargada.
Frente a Roberto Misael, estaba Josué Israel López, quien tras quejarse se levantó la playera, para verse la herida, un agujero rojo, que a decir de los testigos casi no sangraba, pese a estar hecho por un proyectil que le entró a la altura del ombligo y encontró salida por la espalda.
Sorprendido por lo que estaba pasando Roberto Misael, trató de acercarse a Josué Israel al tiempo que le decía que lo perdonara, pero al dar dos pasos con las manos extendidas hacia el recién herido, éste cortó cartucho, levantó el arma, apuntó y le disparó en la cara a Roberto alias “El Toro”, quien perdió la vida en un instante.
Josué Israel López, no huyó, se quedó parado, y cuando le preguntaban qué había pasado decía que el también estaba herido, sin embargo, al llegar la policía, se tornó agresivo, al grado de que al soltarlo para que fuera tendido de las lesiones, se puso a pelear con ellos, les lanzó piedras e inclusive mordió a un agente de la Fiscalía en la pantorrilla.
“Mátame si me vas a matar”, le decía a un policía que lo quería arrestar, “soy Josué el de la Presidencia”, les gritaba desde arriba del carro mientras le daba tragos a una cerveza, y les gritaba que no le iban a hacer nada porque tenía influencias, porque era hijo de una jueza.