El paso de Rafah, fronterizo con Egipto y principal puerta de entrada de mercancías y personas a Gaza, está cerrado desde que Israel afirmó el 7 de mayo que se lo había arrebatado al movimiento islamista palestino Hamás.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presionó a Egipto para que reabra el paso fronterizo de Rafah, sugiriendo que El Cairo mantenía a la población de Gaza como «rehén» al no trabajar con Israel en la entrada clave de ayuda.
Sus declaraciones se producen un día después de que Egipto, el primer país árabe en hacer la paz con Israel y anfitrión de conversaciones sobre un alto el fuego y los rehenes que fracasaron, acusara airadamente a Israel de negar su responsabilidad en la crisis humanitaria en Gaza.
El paso de Rafah, fronterizo con Egipto y principal puerta de entrada de mercancías y personas a Gaza, está cerrado desde que Israel afirmó el 7 de mayo que se lo había arrebatado al movimiento islamista palestino Hamás que gobierna la Franja de Gaza.
Más de un millón de palestinos desplazados por el conflicto entre Israel y Hamás, que comenzó el 7 de octubre, han buscado refugio en la ciudad.
En una entrevista con la cadena estadunidense de noticias financieras CNBC, Netanyahu afirmó que Israel apoyaba «flujos máximos de ayuda humanitaria» a través de Rafah. «Queremos verlo abierto», afirmó. Y agregó: «Espero que podamos llegar a un entendimiento» con Egipto.
Netanyahu dijo que el paso habría estado abierto «ayer» si dependiera de Israel. «No es nuestro problema. No estamos retrasando la apertura de Rafah», declaró.
«Espero que Egipto considere lo que estoy diciendo ahora», añadió. «Nadie debería tomar como rehén a la población palestina de ninguna manera y yo no la estoy tomando como rehén. No creo que nadie deba hacerlo».
El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, dijo el martes que el control israelí del cruce exponía a los trabajadores humanitarios y a los camioneros a «peligros inminentes».
Shoukry afirmó que Israel era «el único responsable de la catástrofe humanitaria» en Gaza, donde Naciones Unidas ha advertido sobre riesgos de hambruna.
Miles de palestinos huyen de Rafah
Decenas de miles de civiles continúan huyendo este miércoles de la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, bombardeada por Israel y amenazada con una gran ofensiva terrestre, en el día en que los palestinos conmemoran la «Nakba», la «Catástrofe» que supuso para ellos la creación del Estado de Israel en 1948.
Durante la «Nakba», alrededor de 760 mil árabes palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares, según datos de la ONU, para refugiarse en los países vecinos o en lo que se convertiría en Cisjordania y la Franja de Gaza.
En este último territorio, asediado y asolado por la guerra entre Israel y Hamás, la población civil, desplazada varias veces desde el inicio del conflicto, vuelve a las carreteras tratando de encontrar refugio, aunque la ONU diga que «no hay lugar seguro en Gaza».
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió destruir a Hamás -que tomó el poder en Gaza en 2007 y al que considera una organización terrorista, igual que Estados Unidos y la Unión Europea- tras el ataque del movimiento islamista en Israel el 7 de octubre.