Por Lilia de la Fuente
FARSA.
Se DESPRENDE de
Los pechos, de las mujeres
Heridas, un grito desgarrador.
Cual fieras desesperadas,
Sangra su piel lacerada,
Sometida al violador.
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Van las mujeres clamando,
Cargando una cruz pesada.
La sociedad y el Gobierno,
Las amonestan y callan
Las señalan, las insultan.
Por una mísera paga.
Las avientan a la calles.
Y dejan de ser honradas.
Los congresos de mujeres.
Senadoras, Diputadas…
Solo levantan el dedo…
Reclaman, sueldos y apoyos.
¡Pero no consiguen nada!
Para la dama asustada.
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Cuando van por los caminos
De espinas, piedras y muerte.
Escuchamos los lamentos…
Que en el desierto se pierden. Como el eco
Se diluyen, sin respuesta,
Sin aciertos, NAUFRAGANDO
Como barcos Golpeteado por
Los vientos.
Caen pero se levantan…
Nadie sabe su dolor…
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Sentimientos que desgarran
Y destruyen los valores.
Y las hacen instrumentos…
De placer, sexo y horrores.
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Luego les echan en cara,
Que las culpables son ellas…
Ellas les dan las manzanas.
Ellas causan y provocan…
¡La culpa es de las mujeres!
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Depravados, violadores,
Criminales y podridos.
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Enseñando sus caritas, de
Borregos reprimidos.
Debajo de ese disfraz,
Esconden, odio, rencor.
Que por años ocultaron Bajo un disfraz de santo seductor.
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Oremos como siervos
Pequeñitos…
Unidos por los vínculos de fe…
Y escuchemos de DIOS
Sus mandamientos
Que con su dedo
Lo marco en la ley.
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Pidamos al señor que su espíritu… con el poder
Divino de su luz…
Se cumplan los anhelos
Y los sueños…
De los seres que por fe,
Brindan su amor.
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Hasta MAÑANA.