Quien fuera estudiante universitario, saldrá de prisión a los 53 años de edad
Alexis Massieu
La Prensa
A pasar 28 años en la cárcel por el feminicidio de Yosmi Amairani Cázares, fue condenado el día de ayer a Adal Garza Sánchez, quien a cambio de recibir una pena menor, admitió su responsabilidad en el crimen, y realizó una reparación del daño por 650 mil pesos, a favor de la menor de edad que quedó huérfana.
A 6 meses de los trágicos hechos ocurridos en Ciudad Frontera, la defensa del acusado, el Ministerio Público, y las victimas con su asesor, llegaron a un acuerdo para cerrar el caso mediante la celebración de un procedimiento abreviado.
El Ministerio Público adscrito a la Fiscalía de Personas Desaparecidas, le indicó al Juez Penal Oscar Cadena García, en qué consistía el acuerdo al que habían llegado, con la pena de prisión de 28 años, una multa por 10 mil 37.40 pesos, y la reparación del daño de 650 mil pesos, de los cuales se entregaron en esa audiencia, 400 mil en efectivo, debiéndose pagar el resto en un plazo de 6 meses.
Una vez expuestas todas las pruebas con las que contaban las autoridades para acreditar que Adal fue quien asesinó a Yosmi, el juez se cercioró escuchando de voz del propio feminicida, que era su deseo renunciar a tener un juicio oral, que aceptaba ser juzgado con esas pruebas, y que admitía su responsabilidad.
De esta forma fue que se le puso el punto final al proceso penal identificado como la causa 1531/2023 en contra de Adal Garza Sánchez, por el delito de feminicidio, quien purgará 28 años en la cárcel menos los 6 meses que ya llevaba tras las rejas, lo que implica que podrá recuperar su libertad el día 8 de diciembre del año 2051, a los 53 años de edad.
Como se recordará, fue la mañana del día 2 de diciembre del año pasado 2023, cuando Yosmi salió de su domicilio en la colonia La Sierrita, para hacerle una vista a Adal garza en la colonia Parque Industrial, en Ciudad Frontera, con motivo de un encuentro que se había pactado vía redes sociales.
Tras arribar en un taxi, y prestar sus servicios, Adal la atacó sin piedad, hiriéndola en 38 ocasiones con un arma blanca, para enseguida ahorcarla porque no se moría, escondiendo su cuerpo en una caja roja, que con ayuda de un amigo y en su coche, fue a tirar a predio baldío localizado sobre el libramiento Eliseo Mendoza Berrueto en Monclova.
UN CASO SÓLIDO DE LA FISCALÍA
A raíz de la desaparición de Yosmi Amairani Cázares el día 2 de diciembre del 2023, la denuncia y búsqueda iniciada por su hermano Cristofer, la Fiscalía General del Estado y la de Personas Desaparecidas, llevaron a cabo una investigación exhaustiva con la que se obtuvieron pruebas que permitieron esclarecer lo que pasó aquella mañana.
La geolocalización de Yosmi y Adal mediante la actividad de sus teléfonos celulares, y la lista de llamadas que hizo la víctima aportada por la compañía de telefonía, le permitieron a las autoridades corroborar el dicho del taxista que aproximadamente a las 7:43 horas, la llevó de su casa en la colonia La Sierrita, a la de Adal Garza Sánchez en el bulevar Industrial de la colonia Parque Industrial.
Los rastros de sangre recabados mediante un cateo, en el área cercana a la habitación de Adal y del baño de su casa, además de la cajuela del Dodge Avenger blanco con franja negra de su propiedad, fueron también pruebas clave, incluyendo el aseguramiento del teléfono del feminicida, el DVR de las cámaras de vigilancia, y el vehículo en el que se transportó el cadáver.
Con los videos obtenidos de las cámaras de los vecinos, y de una que estaba instalada al interior de la casa donde ocurrió el crimen, el caso contra Adal Garza se volvió aún más sólido, corroborando la información de los peritos y del médico legista, pero también lo narrado por el taxista cuando vio a Adal salir a pagar los 40 pesos del viaje de Yosmi, y sobre todo, lo dicho por Leobardo, el mejor amigo del feminicida.
Leo, Leo, tienes que venir a mi casa, es una emergencia, no preguntes we… Cuando llegó Leobardo, Adal, quien salió a pagarle al Uber, llevaba puesta una camisa de manga larga, estaba muy nervioso y pudo ver que las manos las tenía llenas de sangre seca.
Se encontraba fumando afuera, cuando le preguntó si era su amigo, y Leobardo le respondió que como si fuera su hermano, y entonces le confesó: es que maté a alguien–todavía no—hasta que acabemos de fumar, le indicó cuando Leo se disponía a entrar.
¿Está ahí?, sí, es que pequeña, contraté una… y terminando se metió a robar al cuarto de mis papás.
Tras apuñalarla 28 veces, Leobardo dijo que Yosmi le había pedido piedad a Adal, pero como no se moría, con las manos le apretó el cuello hasta que la pudo asfixiar.