Ahora falleció Jaime Ortiz, quien fue trabajador de Coquizadora II de AHMSA. Es uno de los miles que pasó por estrés, depresión, angustia, economía precaria y la nostalgia por la acerera
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
El quebranto emocional por estrés, depresión, angustia, precaria economía, además nostalgia del ruido de motores, lumbre, acero expulsado de molinos, sumado a la incertidumbre del futuro laboral, son padecimientos invisibles que continúan causando estragos entre trabajadores que durante décadas laboraron en AHMSA, ahora falleció Jaime Ortiz quien era obrero en activo en Coquizadora II.
La ausencia de fumarolas de las plantas coquizadora, bullicio de trabajadores, el silbato anunciando el inicio o conclusión de la jornada laboral, el embarque de producto terminado, gritos en asambleas sindicales, rechazo en solicitudes de empleo por edad avanzada en centros laborales y las instalaciones desoladas mantienen a algunos trabajadores emocionalmente en estado crítico.
“A Jaime, siempre le gustaba estar informado de las noticias, leía todas las páginas del periódico, lamentablemente el cierre de Altos Hornos de México afecta por otro lado, a una cantidad muy grande de trabajadores con problemas de deudas, embargos, nostalgia, divorcios, enfermedades, tendencias suicidas”, manifestaron trabajadores de Coquizadora II consternados por el deceso.
Dijeron que, aunque se dice suman más de 20 trabajadores fallecidos por enfermedades crónico degenerativas que se convirtieron en incontrolables por estrés y depresión, además de un suicida, es imposible el cálculo de enfermos y decesos. “A otros, aunque ya están pensionados, les duele emocionalmente que desaparecerá la siderúrgica para la cual trabajaron durante décadas”, añadieron.
El duelo entre obreros de ambas siderúrgicas de Altos Hornos de México, inició el 29 de septiembre de 2023 con la muerte derivada de depresión de Juan Manuel Arreguín Linares, posteriormente se produjo una racha de deceso. Después otros que ya enfrentaban padecimientos crónicos degenerativos aceleraron los estragos de la enfermedad y fallecieron.
En abril de 2023, la empresa Altos dejó de pagar salarios y finiquitos, y desde diciembre de 2022 está paralizado, además desde hace 3 y 4 años no paga finiquitos a sus ex trabajadores sindicalizados y ex empleados de confianza.
Algunos trabajadores revelaron que saben de casos de algunos de sus compañeros que han acudido al psicólogo o psiquiatra para ser atendidos, luego de depresión no únicamente por escasez de dinero y deudas, sino por la crisis que sufren debido a la nostalgia de la fuente laboral y de sus compañeros de trabajo.