Activar la función “no molestar” y buscar nuevas actividades son algunas recomendaciones para mitigar esta condición
La adicción a las pantallas se ha convertido en una preocupación creciente en nuestra sociedad digitalizada. Con el aumento del uso de dispositivos como smartphones, tablets y ordenadores, la vida cotidiana está cada vez más entrelazada con la tecnología.
Si bien estos avances ofrecen numerosas ventajas, también han traído nuevos desafíos, entre los cuales destaca la dependencia excesiva de las pantallas.
Esta adicción no solo afecta nuestra productividad, sino que también tiene repercusiones significativas en nuestra salud mental y física,de acuerdo con el artículo Cómo afecta al cerebro el uso excesivo de las pantallas de National Geographic.
-Por qué soy adicto a las pantallas
Formas de lidiar con la compulsión a las pantallas es un artículo donde se repasan varios estudios sobre la adicción al celular, formas de tratarla y sus causas. Fue escrito por Luis Mercedes, consejero especializado en tratamiento de traumas, terapia especializada en minorías sexuales, ansiedad y depresión a través de la página Good Therapy, sitio enfocado en la publicación de artículos sobre salud mental.
El terapeuta menciona al profesor de Óptica Médica en la Universidad de Rochester en la Universidad de Rochester, William G. Allyn, quien explica que más del 50 por ciento de la corteza cerebral está dedicada a procesar la información visual.
Esta parte del cerebro trabaja dentro de una relación extraordinariamente compleja para asegurarse de que comprendamos lo que vemos, procesamos lo que sucede en nuestro entorno y estemos preparados para reaccionar si es necesario.
Sin embargo, algunos contenidos en las pantallas secuestran ese proceso y permiten que nuestro cuerpo se inunde con neuroquímicos y responda pasando del estado relajado parasimpático al estado de excitación simpática.
“El sistema simpático aumenta la presión arterial y el sistema parasimpático la disminuye. En general, ambos sistemas trabajan conjuntamente para asegurar que el organismo responde de forma apropiada a diferentes situaciones” de acuerdo con el Manual MSD, publicación especializada en temas médicos.
Este contenido aumenta nuestra comprensión de nuestro mundo y remodela nuestras asociaciones a nuestro alrededor para presentar un entorno de alto estrés.
¿Qué podemos hacer para frenar la compulsión por las pantallas?
-Activar la función “No molestar”
Esto puede ayudar a una persona a no prestar demasiada atención a sus dispositivos. Actualmente muchos tienen esa función a un solo click de distancia.
“Son útiles si el individuo tiene la capacidad de resistir la ola de compulsión. Cuando otros simplemente no pueden tomar la decisión por sí mismos, se pueden necesitar aplicaciones adicionales para bloquear las aplicaciones problemáticas mientras aún se puede usar el teléfono”, menciona el consejero de Good Therapy.
-Cambiar el color de la pantalla
Como estamos más predispuestos a experimentar el mundo a través de colores vibrantes, prestar atención a nuestro entorno puede cambiar para obtener más dopamina de las experiencias que nos rodean.
“Ahora, cuando paseo a mi perro, los colores a mi alrededor se sienten mucho más vibrantes. Viniendo de alguien que tiene visión deficiente en color, me ha permitido volver a experimentar el mundo con más belleza” menciona el especialista al respecto de esta técnica.
-Más recomendaciones
Cómo superé mi adicción al celular es un artículo publicado por The New York Times donde Kevin Rose narra su experiencia siendo adicto a la pantalla.
“He sido un usuario intensivo y feliz de los teléfonos portátiles durante toda mi vida adulta…en 2018 crucé la línea invisible hacia el territorio problemático… me volví incapaz de leer libros, ver películas completas o tener conversaciones ininterrumpidas. Las redes sociales me enojaban y me ponían ansioso, pero incluso los espacios digitales que alguna vez me parecieron relajantes no me estaban ayudando” menciona Kevin.
A lo largo de la publicación da algunos consejos para las personas que se identifican con este problema.
-Prestar atención al entorno
“Para reparar mi cerebro, necesitaba aprender a estar inactivo” menciona. Por ello, de camino a su trabajo observó los edificios a mi alrededor, notando detalles arquitectónicos que nunca había visto antes. Mantuvo su celular guardado durante su viaje en metro. Cuando un amigo llegó tarde a una cita para almorzar, se quedó sentado mirando por la ventana en lugar de revisar Twitter.
-Eliminar aplicaciones no esenciales
Conservó únicamente las aplicaciones de mensajería, así como las funciones que no podían distraerlo constantemente, esto incluía desactivar las notificaciones a excepción de llamadas y mensajes de contactos muy específicos.
-Buscar actividades alternativas
Kevin comenzó a hacer alfarería para sustituir sus costumbres relacionadas con el celular. Esto ayudó a que se concentrara por mucho tiempo y las manos sucias no le permitían tocar el dispositivo. Aunque se sintió mejor, no pudo evitar pensar que se estaba perdiendo de algo.
Sin embargo, su esposa le mencionó que ella creía que no era cierto, pues el alejarse del celular le había permitido estar más presente en casa.
-Desintoxicación digital
“El siguiente paso de la desintoxicación fue despegarme de cualquier dispositivo por 48 horas. Decidí ir a una cabaña y cuando terminó el fin de semana de leer, ver las estrellas y hacer crucigramas me sentí agradecido con el sentimiento de relativo ocio” menciona.
-¿Cuáles son las consecuencias de esta adicción?
“Esta adicción es similar a la adicción a las drogas, al juego y al alcoholismo. No daña la salud como el alcohol, sin embargo, su ‘toxicidad’ afecta la subconsciencia y la relación con el mundo.” menciona el artículo Peligros de la Adicción a las Pantallas del Departamento de Ingeniería de Comunicaciones Electrónicas en el Colegio de Ingeniería Ajay Kumar Garg, India.
El tiempo que se pasa frente a las pantallas desensibiliza el sistema de recompensa del cerebro, según un artículo escrito por Victoria Dunckley, psiquiatra y autora del libro Reset your child’s brain (Restablezca el cerebro de su hijo), publicado en el sitio web de la Universidad Estatal de Nueva York en Potsdam.
El artículo señala que los juegos electrónicos hacen que algunos niños se vuelvan “adictos” a los dispositivos y liberen grandes cantidades de dopamina (neurotransmisor que genera una sensación de bienestar). “Sin embargo, cuando las vías de recompensa se usan en exceso, se vuelven menos sensibles y se necesita cada vez más estimulación para experimentar placer”, menciona
Además, está comprobado que el uso de dispositivos puede afectar gravemente el sueño. Los ritmos circadianos, que son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas y responden principalmente a la luz y la oscuridad, se ven alterados al exponerse a las pantallas.
El Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales (NIGMS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos señala que la luz de los dispositivos electrónicos por la noche puede desorientar a los relojes biológicos. Esto puede llevar a trastornos del sueño y causar otras afecciones médicas crónicas como obesidad, diabetes o depresión.