Hector Garza Mtz
A tí te debo todo. A ti te debo todo por que cuando mas acabado estaba, me tomaste del brazo y me empoderaste de nueva cuenta.
A ti te debo todo mi éxito, por que siempre me hablaste de Dios, y me procuraste sin interés.
A ti te debo todo, por que apoyaste mis proyectos por encima de tu desarrollo laboral o profesional.
Ahí te debo todo, por qué tuviste que sacrificar tu tiempo para criar a nuestros hijos.
Te amo por que siempre me has dado mi lugar y siempre has velado por mi salud, y por la educación de nuestros hijos.
Te amo por que eres la única que aguanta mis tonterías y fomenta la alegría en mí, sin importar mis pesares.
Te amo por que eres la madre de mis hijos, y los educas con amor.
Te amo por que me mantuviste por más de un año mientras mi trabajo no era remunerado.
Te amo por ser mujer, la más hermosa, la más humilde, la más servicial.
Te amo por todas las noches en vela, por todas tus preocupaciones, por cargar con las responsabilidades de nuestra familia mientras yo me recupero de éste duro golpe.
Hoy quiero reconocer a nuestras mujeres, esposas, por ser los timones de nuestras familias, las personas que aguantan calladas ante la adversidad y que a pesar de que nuestra despensa se encuentre vacía, con una mirada nos dan fuerzas para seguir adelante.
Las mujeres que comprenden que a pesar de qué todo el mundo nos señalan por no tener trabajo, sin juzgar, nos acompañan en este duro transitar.
Gracias por dar sustento a nuestra familia, por ser el pilar y sostén, mujeres de acero, inquebrantables ante el dolor.
Al amor de mi vida, al motor de mi vida, a la madre y compañera, maestra y guía, le dedico estas palabras, por todo lo que ha hecho por mi, y por sacar adelante a nuestros hijos en estos tiempos en el que nadie comprende por qué de un día para otro la intranquilidad llegó a casa.
No es necesario llegar al día de las madres para honrar a nuestras compañeras de vida, y reconocer en estos momentos a las mujeres que sostienen la vida de todos los integrantes de nuestras familias, las que lloran en silencio mientras la dificultad se asoma y las qué a través de una sonrisa pueden hacer que el mundo se torne maravilloso.
Estas palabras enmarcan un reconocimiento para todas aquellas mujeres que durante estos meses han cargado con la responsabilidad de sostener a una familia, no solo económicamente, sino también emocionalmente, mientras sus maridos salen a conseguir el sustento para su familia, el reconocimiento es para aquellas mujeres que en sus brazos esconden el sufrimiento y el desdén y que tienen la gracia de convertirlos en una esperanza de vida.
A ustedes, damas de acero, les damos las gracias por todo lo que han hecho por Monclova, la bella eres tú, Monclova eres tú.