En Torreón existe un grupo de ayuda para superar el duelo
Wendy Riojas
La Prensa
Torreón, Coahuila. – En Torreón, existe un grupo de apoyo para madres y padres que han perdido a un hijo, con el objetivo de enseñarles a «Volver a Vivir» después del duelo.
Este grupo se reúne semanalmente y fue fundado por Silvia Villarreal hace 27 años, después de la muerte de su hijo Rafael a causa de cáncer.
“Sentí la necesidad de crear ese grupo, pues cuando mi hijo falleció, yo estaba muy enfurecida con Dios”, comenta Silvia. Rafael murió el 8 de julio de 1997, a los 13 años, debido a un osteosarcoma en el fémur derecho, un cáncer muy agresivo que requería amputarle la pierna y someterlo a quimioterapias intensivas, pero ya había afectado otras partes de su cuerpo.
“Cuando ocurrió lo de mi hijo, yo quedé muerta en vida. Busqué ayuda, conocí más casos y nos organizamos para sentirnos apoyados e identificados, hasta que creamos el grupo”, explica Silvia.
“Nos empezamos a juntar más mamás y papás con hijos que han fallecido. Al principio, nos reuníamos en una casa y luego en la Parroquia del Santo Cristo, donde actualmente sesionamos”. Las reuniones se llevan a cabo todos los jueves de 10:30 a 13:00 horas en la parroquia ubicada en la esquina de Río Sena y Río Aguanaval, en la colonia Estrella.
Para unirse al grupo, se puede acudir directamente o llamar al número 871 8453804. No tiene costo alguno, solo se aceptan donativos voluntarios para apoyar el lugar y al encargado de la limpieza.
“Cuando diagnosticaron a mi hijo con cáncer, sentí que Dios me había defraudado, y cuando murió, yo quería matar a Dios, le gritaba de todo”, cuenta Silvia. Fueron tres ocasiones en las que sintió que Dios le habló y pudo encontrar paz tras el fallecimiento de Rafael.
“Escuché y sentí su voz que me decía que confiara en Él, incluso cuando le gritaba que era peor que un secuestrador. Con un secuestrador hubiera movido todo para encontrar a mi hijo, pero Él me decía que iba a sanar mi alma, que confiara, hasta que un día empecé a sentir mucha felicidad. Fue como un milagro y volví a vivir”.
“Por eso, invito a los papás y mamás que pasan por esto, por el dolor de que sus hijos hayan fallecido, a que se acerquen y conozcan más testimonios y sepan que sí se puede empezar de nuevo”.