Desde los 7 y 8 años las víctimas fueron violentados de diferentes formas también por sus tíos, y fue hasta alcanzar la adolescencia cuando rompieron el silencio
Alexis Massieu
La Prensa
Tras 10 años de abusar sexualmente de sus propios hijos, una pareja y dos de los tíos de los entonces menores de edad, fueron llevados a la prisión, donde se encuentran esperando a que los sentencien por los delitos de violencia familiar, abuso sexual, violación equiparada y corrupción de menores.
Luego de permanecer 2 años prófugos de la justicia, elementos de la Agencia de Investigación Criminal, cumplimentaron el pasado 10 de mayo, una orden de aprehensión girada por un juez penal, precisamente un 10 de mayo, pero del año 2022, en contra de Rebeca Paola, Arturo, Fausto, y Juan Jaime “N”.
No pasaron 24 horas de la captura, cuando ya un juez penal diferente al que los mandó detener, les había dictado un auto de vinculación a proceso, imponiéndoles la medida cautelar de la prisión preventiva.
Antes de concluir la audiencia inicial, el juez le concedió al Ministerio Público, y a la defensa, un plazo de 6 meses para que lleven a cabo una investigación complementaria, tendiente a esclarecer los aberrantes hechos de los que se acusó a la pareja, y a los dos tíos (paternos), de los cuales ya transcurrieron 90 días.
De lo que pudo trascender sobre el proceso legal que se está llevando a cabo a puerta cerrada, identificado como la causa penal 420/2024, está el que durante 10 años, una niña y un niño de 7 y 8 años de edad aproximadamente, fueron víctimas de todo tipo de abusos por parte de sus padres, Rebeca y Arturo “N”, quienes presuntamente compartían la cama con Fausto.
Debido a que los acusados se dedicaban a cuidar ranchos, las violaciones a los derechos de los menores ocurrieron en distintos lugares, como fue un predio al que se llega a través de un camino que parte de la carretera 30 en el Municipio de Frontera, hacia el norte, a la altura de la báscula, cerca del Ejido 8 de Enero, pero también; en el municipio de Castaños, a donde se fueron cuando los corrieron.
TODAS FORMAS DE ABUSO
Según arrojaron las primeras investigaciones hechas por el Ministerio Público, con apoyo de psicólogos y médicos especializados en diferentes ramas, como la ginecología, los menores eran obligados por sus padres a ver pornografía, y a mirarlos cuando sostenían relaciones sexuales, en las que además de Rebeca y Arturo “N”, presuntamente también participaba el tío Fausto.
Este último, supuestamente, solía llevarse a su sobrina como compañía cuando iba a San Buenaventura a hacer algunos mandados, como comprar la comida, y en una ocasión, aprovechando que estaban solos, abusó de ella, lo cual seguiría haciendo con la complacencia de sus padres, a cambio de que siguiera llevando la despensa.
En dado momento, los niños se escaparon, y se fueron en busca de su abuela al municipio de Cuatro Ciénegas, donde más tarde se les unió su madre Rebeca Paola, permaneciendo los tres ahí durante algún tiempo, hasta que fueron primero por ella, para llevarse al rancho, y luego por los niños.
Corridos del rancho en Frontera, los acusados se fueron a vivir a Castaños, donde el niño encontró trabajo en una calera, sitio en el que, de una u otra manera los trabajadores y el propietario se fueron enterando de lo que les estaba pasando a él y a su hermana, y en una ocasión, cuando fueron sus padres por ellos, el dueño no quiso entregárselos.
Fue entonces que cual segunda fuga, llegaron los dos menores de edad, nuevamente a la casa de sus familiares en Cuatro Ciénegas, donde se presentó la denuncia en contra de Rebeca Paola, Arturo, Fausto, y Juan Jaime “N”, éste último; presuntamente por el delito de abuso sexual, por tocarle sus partes íntimas a la menor.
Además de la acusación hecha en contra de los padres de las víctimas, por violencia familiar, a Rebeca, Arturo y Fausto, se les acusó por el delito de corrupción de menores, y a estos dos últimos, por el delito de violación equiparada, por tratarse de una persona menor de 15 años de edad.
Salvo Juan Jaime “N”, ninguno de los otros 3 acusados tiene derecho a las salidas alternas que se contemplan en la ley para cerrar el caso, quedándoles como únicas opciones, la de ir a un juicio oral con la esperanza de que los exoneren, o la de declararse culpables por los 10 años de abusos que presuntamente cometieron en contra de sus hijos y sobrinos, respectivamente.