Jueza penal lo manda al penal de Saltillo
Juan Carlos “N” utilizó un cuchillo hasta quitarle la vida a su víctima. Hizo creer a la familia que dejó a la joven en una tienda
Alexis Massieu
La Prensa
Por el feminicidio de Yajaira Lizbeth Montelongo Sánchez, una jueza penal vinculó a proceso a Juan Carlos “N”, el día de ayer, y lo envió al penal de Saltillo, donde permanecerá hasta que se resuelva por un tribunal, si es culpable o inocente, de haber acuchillado sin piedad y por celos, a una joven madre de tres niños.
Tras ser arrestado en la Ciudad de Saltillo el pasado miércoles, ayer jueves, el presunto feminicida Juan Carlos “N”, fue presentado ante la Jueza Anayanzin Adame Olmedo, quien llegó a la conclusión, que las pruebas aportadas por el Ministerio Público, eran suficientes para ordenar que se continúe con las investigaciones en su contra.
Durante la audiencia, en la que estuvieron además del acusado, presentes los familiares de la víctima, Yajaira Lizbeth Montelongo, la jueza le preguntó a Juan Carlos “N”, si quería hacer una declaración, pero por consejo de su abogada de oficio, decidió guardar silencio, pidiéndole a la juzgadora que le resolviera su situación legal en ese momento, en vez de pedir tiempo para buscar alguna prueba que pudiera exonerarlo.
Una vez vinculado a proceso, tanto el Ministerio Público, como la defensa, tendrán un plazo de hasta 6 meses para llevar a cabo una investigación complementaria en busca de más pruebas a favor o en contra, tras el cual se reanudarán las audiencias con miras a llevarlo ante un tribunal, aunque de manera extra oficial, trasciende la posibilidad de que Juan Carlos “N”, acepte su responsabilidad y se someta a un juicio abreviado a cambio de una pena menor a la que podría corresponderle, en caso de ser vencido en un juicio oral.
EL DÍA DEL CRIMEN
Eran cerca de las tres y media de la tarde del 21 de julio, cuando Yajaira Lizbeth salió de la casa de su abuela en la colonia Pueblo Nuevo de San Buenaventura, para ir a comprarse ropa a una tienda de nombre Sensación, en la Zona Centro. La joven madre, llevaba puesto un vestido largo de color gris y unas sandalias de color morado.
En la calle, se encontró a un sobrino suyo de nombre Idilio, y ella le comentó hacia donde se dirigía, pero como a él se le hizo extraño que caminara en sentido contrario al de la Zona Centro, ella le explicó que en la esquina de las calles Luis Cerna y Mariano Zertuche, la estaba esperando Juan Carlos, y él la acompañó hasta ahí, viendo como ella se subió a la moto de quien se presume la mató momentos después.
En lugar de llevarla a la tienda de ropa, ubicada sobre la calle Francisco I. Madero con Benito Juárez de la Zona Centro, Juan Carlos “N”, tomó rumbo de una brecha conocida como “Prolongación de la carretera 34”, en el ejido Saca de Bucareli, donde presuntamente la asesinó usando un cuchillo de cocina tipo sierra, con el cual le hirió en varias ocasiones a la altura del tórax, perforándole ambos pulmones.
Según las investigaciones, tras herirla de muerte, Juan Carlos “N” se quedó ahí, mirando a la víctima sin hacer nada, hasta que la vio desvanecer, luego se marchó llevándose el teléfono celular que Yajaira Lizbeth se acababa de comprar, tomando rumbo de un auto lavado para quitarle la tierra a su motocicleta de color negra con rojo.
SÍ ERA YAJAIRA
Fue la mañana del pasado 5 de agosto, cuando un hombre llegó a las oficinas de la Fiscalía para avisar que había encontrado restos humanos en una brecha del ejido Saca de Bucareli, a 10 minutos de distancia, desde la colonia Benito Juárez.
A 3.3 kilómetros de la carretera 34, sobre la brecha que es conocida como la prolongación de la referida vía, elementos de la Agencia de Investigación Criminal, encontraron el cuerpo de una mujer que no pudo ser identificada plenamente en ese momento, por la descomposición producto de haber estado a la intemperie y durante varios días con 27 o más grados de temperatura, sin embargo, en las cercanías, hallaron el vestido y las sandalias moradas que llevaba puestas Yajaira Lizeth cuando salió de la casa de su abuela.
Pese a las difíciles condiciones en las que tuvo que trabajar el equipo forense de la FGE, el médico pudo determinar que la persona hallada en la brecha fue apuñalada con un cuchillo en varias ocasiones, a la altura del pecho y las costillas, con las que se le perforaron los pulmones, además de tener otras heridas en la cabeza.
De la osamenta encontrada se tomaron diversas muestras para la obtención del ADN, como fue de una pieza dental cuyo resultado se comparó con los perfiles genéticos de sus 2 hermanos, obteniendo una coincidencia del 99.9%, que confirmó que se trataba de ella.
DETENIDO EN SALTILLO
Con el pretexto de que le urgía ponerse a trabajar, Juan Carlos “N”, convenció a un empresario saltillense de darle un empleo y se fue para la Capital del Estado, llevándose el teléfono celular de la víctima que resultó ser la pieza clave para localizarlo.
Gracias a la autorización de un juez, la Fiscalía descubrió mediante la intervención telefónica, que la última vez que Juan Carlos “N” se había conectado a internet, fue en los primeros 4 días del mes de agosto, y la señal los conducía a la colonia Nuevo Mundo.
Según se explicó durante la audiencia inicial, a Juan Carlos “N”, se le cumplimentó la orden de aprehensión, el pasado 14 de agosto, cuando se encontraba detenido en el Ministerio Público de Saltillo por la presunta comisión de otro delito.
Al presunto feminicida, lo habían arrestado sobre la carretera Saltillo a Torreón, cuando iba acompañado de otros tres trabajadores, a quienes les dijo–al ver aproximarse a los uniformados–que seguramente era por su culpa, porque había matado a su ruca, y que su peor error había sido haberse quedado con su teléfono.
SIN CABOS SUELTOS
Tras una intensa investigación realizada por la Fiscalía General del Estado, el día de ayer durante la audiencia inicial, se presentaron tal cantidad de pruebas en contra del presunto feminicida, que la sentencia condenatoria está latente.
Entre las pruebas más contundentes, se le dijo al juez, que se obtuvo con ayuda de la compañía de teléfonos, las llamadas que se hicieron Yajaira Lizeth y Juan Carlos “N”, momentos antes de irse ambos a bordo de la motocicleta, acreditando además la presencia del acusado en diferentes momentos y lugares cruciales para la investigación, desde el día en que se cometió el crimen, hasta el momento en que lo detuvieron.
Las pruebas de ADN tomadas al cuerpo hallado en la brecha de la Saca de Bucareli, y que coincidiera con las que se le tomaron a sus hermanos, permitió junto con el dictamen forense, determinar qué fue lo que le ocurrió a Yajaira Lizeth, en los últimos momentos de su vida.
El testimonio del sobrino de la víctima de nombre Idilio, del dueño del lavado de autos donde llevó el acusado su motocicleta, y los de los trabajadores en Saltillo, a los que confesó su crimen, resultaron ser de las pruebas más contundentes, aunados a las videograbaciones de las cámaras de vigilancia de la tienda de ropa Sensación, a donde la víctima nunca llegó, pese a que Juan Carlos “N”, les dijo a los detectives durante las primeras declaraciones, que él la había dejado ahí.
Los testigos, también fueron clave para que los elementos de la Agencia de Investigación Criminal, dieran con el paradero del arma homicida, sobre un camino de terracería, en el llamado Molino de Indalecio, del ejido Saca de Bucareli de San Buenaventura.
En un matorral, los detectives descubrieron el cuchillo de concina con hoja de tipo sierra, en la cual se habían conservado las manchas de sangre, y sobre el cual, los peritos de la FGE realizaron un dictamen con el que se comprobó que el tipo de heridas que tenía el cadáver, coinciden con las características del arma asegurada.
No menos importante, fue la denuncia presentada por Ruth, la madre de Yajaira Lizbeth Montelongo Sánchez, quien le contó a las autoridades, que su hija era una víctima de violencia a manos de su pareja Juan Carlos “N”, de quien ya se había separado en varias ocasiones, el cual la celaba mucho, y le molestaba que tuviera teléfono celular, ya que; según él, perdía mucho el tiempo en eso.
NUNCA LA BUSCÓ
Cuando su hija desapareció aquel trágico 21 de julio, al ver que no regresaba a casa, Ruth le estuvo marcando al teléfono de su hija constantemente, y eso le preocupaba porque ella siempre estaba pendiente de sus llamadas.
Por ese motivo decidió llamarle a Juan Carlos “N”, cuando el más pequeño de los tres hijos de Yajaira Lizeth, estaba llorando y no tenía leche, respondiéndole su yerno, que se encontraba lavando la motocicleta, pero que sí se la iba a llevar, pidiéndole que le mandara una imagen sobre el tipo de leche que le daban al bebé.
La madre de Yajaira, pese a que sospechó que ya era muy noche para estar lavando la motocicleta, no sospechó nada, y más tarde lo vio llegar a su casa con la leche para el niño, notando que Juan Carlos “N”, andaba tomado.
Tras la desaparición de Yajaira Lizeth, el registro de llamadas que aportó la compañía de teléfonos, evidenció que fueron muchos, incluyendo a su madre, los que le estuvieron llamando y enviando mensajes para saber dónde se encontraba, sin embargo; de Juan Carlos “N”, no había ninguna llamada, o algún mensaje.