Don Gilberto López es un aficionado que suele entregarse a los encuentros de béisbol en el Coloso del Norte, con el aparato cerca para no perder detalle de las jugadas
Luis Ángel Estrada / La Prensa
En un rincón elevado del Coloso del Norte, sentado en lo más alto del área general izquierdo, don Gilberto López observa el juego de los Acereros de Monclova con su inseparable radio en mano. La escena evoca una época que parece desvanecerse, donde los aficionados mayores acompañaban cada jugada con las voces de la experiencia transmitidas por el aire. Para don Gilberto, este aparato no es solo un accesorio, sino una extensión de su amor por el béisbol.
Desde los nueve años, cuando su padre le inculcó la pasión por el deporte, don Gilberto se convirtió en un ferviente seguidor de los Acereros. «El béisbol lo llevo en la sangre, lo heredé de mi papá, que siempre traía un radio cuando íbamos al estadio», comenta mientras ajusta el volumen para no perder detalle del partido. Hoy, a sus 57 años, ese ritual sigue siendo esencial; tanto que, sin su radio, no considera asistir al estadio. Es su conexión directa con el pasado y con el presente, un puente entre las épocas que ha vivido como aficionado.
Don Gilberto recuerda con especial cariño el campeonato de la Liga Mexicana de Béisbol que los Acereros conquistaron en 2019, una hazaña que presenció de principio a fin. «Estuve en todos los juegos, la gente se volvió loca cuando vimos a los Acereros coronarse campeones», rememora con los ojos brillando de emoción. Ese momento, al igual que muchos otros vividos junto a su padre, don Alberto (qepd), es uno de los tesoros que guarda con más amor en su corazón.
A lo largo de los años, ha tenido la oportunidad de conocer estadios en Estados Unidos, donde, según los expertos, se juega el mejor béisbol del mundo. Admite, su pasión por los Acereros y su lealtad al equipo de casa no tienen comparación.
Aunque la situación en su antigua empresa, Altos Hornos de México (AHMSA), es crítica, con la acerera al borde de la quiebra, don Gilberto no pierde el ánimo. Gracias al apoyo de sus tres hijos, que lo respaldan junto a su esposa, ha logrado sobrellevar la adversidad. Este apoyo le permite seguir asistiendo al estadio, donde cada juego es una nueva oportunidad para apoyar al equipo de sus amores.
El entrevistado también reconoce el trabajo del licenciado Gerardo Benavides Pape, quien en su tercer año de gestión logró llevar a los Acereros a la gloria en 2019. «Siempre están buscando refuerzos, no se conforman», destaca, señalando que esa ambición constante mantiene viva la esperanza de un nuevo campeonato.
«Mientras Dios me siga brindando buena salud, yo voy a estar viniendo para apoyar al equipo», asegura el fiel aficionado, reafirmando su compromiso inquebrantable con los Acereros de Monclova.