Un nuevo estudio sugiere que el antepasado compartido por todos los seres vivos existió hace aproximadamente 4.200 millones de años, en contraste con los 3.800 millones de años de una estimación anterior.
Un grupo internacional de investigadores encontró una nueva evidencia que sugiere que el organismo celular complejo que dio origen a las formas de vida presentes en la Tierra pudo haber surgido antes de lo que se creía, pocos cientos de millones de años después de la formación de nuestro planeta, informó este viernes el sitio Live Science.
Se trata de LUCA, el último ancestro compartido por todos los seres vivos, desde las bacterias ‘E. coli’ hasta las ballenas azules. Se piensa que los genes presentes en las principales ramas de la vida celular moderna pudieron haberse transmitido en una línea continua desde LUCA.
A partir de esa información, los científicos pueden determinar la composición genética de nuestro antiguo antepasado. A su vez, con las observaciones de los cambios que han sufrido los genes de los organismos vivos a lo largo del tiempo, se podría estimar cuando vivió LUCA.
Una investigación realizada en 2016 señaló que LUCA probablemente era un organismo que evolucionó en un entorno carente de oxígeno y que además vivía gracias al hidrógeno. También se indicó que era un termófilo, o sea, que podía soportar condiciones extremas de temperatura. En otro estudio se menciona que LUCA existió hace 3.800 millones de años.
Nuestro antepasado existió mucho antes
En una nueva investigación, recientemente publicada en la revista Nature Ecology and Evolution, se sugiere que nuestro último ancestro universal vivió hace aproximadamente 4.200 millones de años, 300 millones de años después de que se originara la Tierra.
De acuerdo con los autores del estudio, LUCA tenía un genoma que codificaba hasta 2.600 proteínas, así como un sistema inmunológico rudimentario conocido como CRISPR, que le permitía defenderse de virus.
Además, mencionaron que el organismo poseía un gen que pudo haberlo protegido de la luz ultravioleta, por lo que se piensa que vivía en la superficie del océano. Este entorno le proporcionaba a LUCA hidrógeno y dióxido de carbono para alimentarse.
Los científicos llegaron a estas conclusiones luego de construir un árbol de la vida de LUCA a partir de la comparación de los genes de 700 especies de microbios modernos (bacterias y arqueas). Se eligieron estos microrganismos ya que piensan que son las formas más antiguas de vida que hay actualmente.