En un templo abarrotado de fieles que acudieron a despedir al querido sacerdote, éste expresó que no quiere irse pero seguirá el camino que Dios le trazó
Alexis Massieu
La Prensa
El que mucho se despide pocas ganas tiene de irse, dijo el Párroco Jesús Eduardo Neri Frías, el día de ayer, en su último domingo al frente de la comunidad Católica de la Parroquia Santiago Apóstol. Indicando que con mucha ilusión, seguirá el camino que Dios le trazó, y que lo llevara a la Ciudad de Saltillo.
Fue durante esta última serie de misas, que el sacerdote abordó como tema del sermón, el de seguir los pasos de Jesús de Nazaret, a quien identificamos con el pan, que es el alimento que transforma y permite hacer nuestro al hijo de Dios, su mensaje y su proyecto, detrás del cual hay un sentimiento de verdad, la verdad de Dios y la verdad sobre los hombres, para tener una verdadera vida y en abundancia.
Comer el pan de Dios y sentarse a su mesa, significa, explicó el Párroco: renunciar a nosotros mismos y cambiar, haciendo a un lado al egoísmo y la soberbia, la ambición, la indiferencia, la apatía y la falta de conciencia, reconociéndolo a Jesús como el único y verdadero maestro.
“Nos invita a la mesa sabiendo que somos importantes para él, nos alimenta porque quiere que continuemos su obra, somos sus apóstoles, porque al aceptar sentarnos en su mesa estamos aceptando su proyecto, y la responsabilidad de llevar el mensaje”.
“Difícil si, por la tentación de sentarnos en otras mesas donde hay odio, resentimiento, corrupción, impunidad e injusticia. No podemos comulgar en contra del proyecto de Jesús, y a su mesa nos sentamos solamente los que queremos seguirlo”.
“Dijo Jesús, nadie puede servir a dos amos, y estamos aquí (misa), para dejarnos moldear, y rehacer; si fuera necesario, buscando la reconciliación con nosotros mismos y con Dios, porque su palabra, que es el evangelio; es la luz que ilumina al mundo”.
Señaló, que seguir a Jesús, es un tema de humildad, algo que cuesta trabajo, y que duele, donde ya antiguamente muchos prefirieron rechazarlo, ya que seguirlo significaba dejarlo todo.
Neri Frías, agradeció a Dios y a la comunidad Católica, por compartir el pan de la palabra y la eucaristía, la justicia según la misericordia de Dios durante 19 años.
“El que mucho se despide pocas ganas tiene de irse… y la vedad pues no tengo ganas de irme, pero en santa obediencia, y con mucha ilusión, seguiré el camino que Dios quiere, siendo más los que me acompañan, que los que dejo, porque ustedes se van conmigo, como yo sé, que me quedo con ustedes en sus corazones, y en sus oraciones”.
La emotiva despedida del Párroco Jesús Eduardo Neri Frías, generó entre los asistentes a las misas, una serie de aplausos como reconocimiento a su labor, sin faltar los abrazos al terminar la ceremonia, como una muestra del afecto que por él sienten los integrantes de la comunidad Santiago Apóstol.