Las manos frías pueden ser simplemente un resultado de la exposición al frío, pero también pueden señalar problemas subyacentes más serios
Tener las manos frías es una queja común que muchas personas experimentan, especialmente en climas fríos o durante períodos de estrés. Sin embargo, cuando este síntoma persiste, puede ser señal de algo más serio. A continuación, exploramos las posibles causas de este fenómeno y cómo abordarlo. Una de las razones más frecuentes por las que las manos están frías es la mala circulación. Cuando el flujo sanguíneo hacia las extremidades se reduce, las manos pueden sentirse frías al tacto. Esto puede deberse a condiciones como la enfermedad arterial periférica, donde las arterias se estrechan, o el síndrome de Raynaud, una condición en la que los vasos sanguíneos se contraen excesivamente en respuesta al frío o al estrés.
La exposición prolongada a temperaturas frías puede causar que las manos se enfríen. En climas fríos, el cuerpo prioriza mantener el calor en los órganos vitales, lo que puede llevar a una reducción en el flujo sanguíneo hacia las extremidades. Usar guantes y mantener las manos cubiertas puede ayudar a mitigar este efecto.
El estrés y la ansiedad pueden afectar la circulación sanguínea y llevar a que las manos se sientan frías. En momentos de alta tensión, el cuerpo activa su respuesta de “lucha o huida”, lo que puede provocar que la sangre se desvíe de las extremidades hacia los órganos vitales, haciendo que las manos se enfríen.
Condiciones como el hipotiroidismo, donde la tiroides no produce suficientes hormonas, pueden afectar la regulación de la temperatura del cuerpo. Las personas con hipotiroidismo pueden experimentar frialdad en las manos y otras partes del cuerpo. De manera similar, la diabetes puede causar problemas circulatorios que también resultan en manos frías.
La anemia, una condición en la que el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos, puede llevar a una sensación constante de frío en las extremidades. Esto ocurre porque una cantidad insuficiente de glóbulos rojos puede reducir la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno y nutrientes a las manos.
Cómo abordar el problema
Si experimentas manos frías de manera persistente y no está relacionado con la exposición al frío, es recomendable consultar a un médico. Un profesional puede realizar pruebas para diagnosticar condiciones subyacentes como problemas circulatorios, trastornos metabólicos o anemia.
Mantenerte activo físicamente puede mejorar la circulación sanguínea. Ejercicios regulares y estiramientos pueden ayudar a mantener el flujo sanguíneo adecuado hacia las extremidades; implementa técnicas de manejo del estrés, como la meditación o la respiración profunda, puede ayudar a mejorar la circulación y reducir la frialdad en las manos relacionada con la ansiedad.
En climas fríos, asegúrate de usar guantes adecuados y ropa de abrigo para mantener las manos calientes. Además, mantener el cuerpo general en una temperatura cómoda puede ayudar a evitar que las manos se enfríen. Asegúrate de que tu dieta incluya suficiente hierro y vitaminas para prevenir la anemia. Los alimentos ricos en hierro, como carnes rojas y vegetales de hojas verdes, pueden ser beneficiosos.
POR: INFORMADOR