Pertenece a la clasificación de Kritosaurus, ahora es Coahuilasaurus lipani
Por: Jesús Medina
La Prensa
Un reciente estudio en Coahuila reveló el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio, anteriormente clasificada como ‘Kritosaurus‘. La nueva especie fue nombrada ‘Coahuilasaurus lipani’.
Este hallazgo, realizado por un equipo de paleontólogos de México, Estados Unidos y el Reino Unido, ofrece información valiosa sobre la biodiversidad de los dinosaurios en el norte de México durante el Cretácico.
Belinda Espinosa Chávez, del Museo de Paleontología de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila, explicó que la investigación detallada de los fósiles mostró diferencias significativas en el hocico y el pico del dinosaurio, diferenciándolo de la especie previamente identificada.
Este nuevo dinosaurio presenta un pico característico de ‘pato’, con un hocico corto y profundo, y protuberancias dentadas en el paladar, sugiriendo una adaptación para alimentarse de vegetación dura.
El descubrimiento destaca que, en el pasado, la región que ahora es un desierto estaba cubierta por una selva tropical, evidenciada por la vegetación que el dinosaurio probablemente consumía.
El ‘Coahuilasaurus lipani’ se suma a otros recientes hallazgos de dinosaurios en México, como el ‘Coahuilaceratops’ y el ‘Velafrons’, que muestran una fauna distinta a la encontrada en Estados Unidos y Canadá.
Además, se han identificado huellas fósiles de escarabajos necrófagos en los restos de dinosaurios en el estado de Coahuila.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció que estas huellas, encontradas en huesos de un dinosaurio pico de pato, revelan la actividad de escarabajos derméstidos hace aproximadamente 69 millones de años. Este hallazgo amplía el conocimiento sobre el comportamiento de estos insectos durante el Cretácico.
El análisis de los icnofósiles muestra marcas de alimentación y pupación de escarabajos en los huesos, indicando que los cadáveres de dinosaurios fueron consumidos por estos insectos en un entorno seco antes de quedar enterrados.
La investigación, iniciada en 2015 en una cantera de Coahuila, ha sido un esfuerzo conjunto entre el INAH, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Ambos descubrimientos proporcionan una visión más profunda de la vida durante el Cretácico en México, revelando detalles sobre la fauna y el ecosistema de la época.