Por Excélsior
La Prensa
El mandatario ruso Vladimir Putin manifestó el jueves su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris en la elección presidencial estadunidense de noviembre, con un tono sarcástico y al día siguiente de que Washington acusara de nuevo a Moscú de injerencia electoral. El presidente estadunidense Joe Biden «ha recomendado a sus electores apoyar a la señora Harris, así que nosotros también la apoyaremos» cuando se enfrente al expresidente republicano Donald Trump, dijo Putin con una sonrisa en un foro económico en Vladivostok, en el extremo oriente ruso.
«En segundo lugar, (Harris) tiene una risa tan expresiva y contagiosa que demuestra que le está yendo bien», agregó.
La Casa Blanca reaccionó y exigió al presidente ruso Vladimir Putin que «cese de interferir» en las elecciones de Estados Unidos.
«Los únicos que deberían decidir quién será el próximo presidente de Estados Unidos son los estadunidenses, y agradeceríamos mucho si el señor Putin, a) deja de hablar de nuestras elecciones, y b) deja de interferir en ellas», declaró el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby.
Putin suele referirse en tono duro a la actualidad política y social en Estados Unidos. El año pasado dijo que el sistema político norteamericano está «podrido», y que Washington no puede permitirse dar lecciones de democracia a otros países. Putin estimó este jueves que Trump, presidente entre 2017 y 2021, había impuesto «más sanciones a Rusia que cualquier presidente» anterior. «Si Harris lo hace bien, tal vez puede abstenerse de hacer este tipo de cosas», prosiguió.
En febrero, el mismo Putin estimó que Joe Biden, por entonces precandidato a su reelección antes de que su estado mental y físico lo obligaran a tirar la toalla este verano, era más «previsible» y «experimentado» que Donald Trump. La declaración fue recibida con mucho escepticismo por los analistas estadounidenses, que creen que Moscú prefiere a Trump, que podría reducir la ayuda militar y financiera a Ucrania.
En ese sentido, una afirmación como la de este jueves podría ser una simple estrategia consistente en difuminar las intenciones rusas. La inteligencia estadunidense concluyó que hubo una injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 y 2020 en favor de Trump, lo que el interesado niega categóricamente, al igual que la diplomacia rusa. A su vez, Trump manifestó en el pasado su admiración por el presidente ruso, y ha llegado a decir que sería capaz de arreglar «en 24 horas» el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Igualmente ha criticado los miles de millones de dólares desembolsados por Washington para ayudar a Ucrania a repeler la ofensiva rusa lanzada en febrero de 2022. Kamala Harris en cambio prometió a fines de agosto que apoyará a Ucrania «firmemente».
El miércoles precisamente, las autoridades estadounidenses anunciaron sanciones y procesos judiciales contra responsables del medio de comunicación ruso RT, respondiendo a lo que afirman son intentos de interferir en las elecciones de noviembre. Entre los 10 particulares y las dos entidades sancionadas por el Departamento del Tesoro estadounidense se encuentran la editora jefa de RT, Margarita Simonian, y su adjunta, Elizaveta Brodskaia.
Según la Casa Blanca, Putin estaba «al corriente» de esas operaciones de injerencia electoral. Una afirmación a la que respondió este jueves la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova.
«Evidentemente se trata de una operación, de una campaña de información (…) preparada de hace tiempo y que resulta necesaria ahora que se acerca la última fase del ciclo electoral», comentó la portavoz en una entrevista con la agencia rusa Ria Novosti.
Las autoridades estadunidenses no han dicho a quién beneficiarían los intentos de injerencia rusa en estas elecciones de 2024. El secretario estadounidense de Justicia, Merrik Garland, comentó escuetamente que según el análisis de los servicios de inteligencia, «las preferencias de Rusia no han cambiado respecto a la útima elección», lo que da a pensar que Moscú rema de nuevo en favor del republicano Trump. La difusión de RT se ha visto ampliamente restringida o incluso prohibida en numerosos países occidentales, que acusan al canal de querer desestabilizar sus democracias difundiendo información falsa.