Por El Financiero
La Prensa
Unas 15 mil personas, convocadas por las tres diócesis de Chiapas, Tuxtla, Tapachula y San Cristóbal de Las Casas, marcharon este viernes en la capital del estado para exigir un alto a la violencia que se vive en la entidad y demandaron las intervención del gobierno estatal y federal para garantizar la seguridad de miles de familias que viven y sufren, el desplazamiento forzado, los asesinatos, desapariciones forzadas y el despojo de sus bienes patrimoniales.
Feligreses católicos de la Provincia Eclesiástica de Chiapas, como se denominan las tres diócesis juntas, realizaron una marcha-procesión en contra de la violencia a la que denominaron “Peregrinación por La Paz y la oración ecuménica” con el “objetivo de unir nuestras voces a las miles de víctimas de la violencia tanto en el país como en nuestro querido Estado de Chiapas, que muchas veces son silenciadas, minimizadas e ignoradas por aquellos que tienen en sus manos el poder de actuar para impedir estos sufrimientos”.
Con cantos, oraciones, música tradicional de tambor y pito, el sonar del caracol, con mantas y cartulinas con consignas por la paz y en contra de la violencia, miles de hombres y mujeres llegaron desde las diversas parroquias que conforman estas tres diócesis para marchar unos siete kilómetros hasta llegar al atrio de la Catedral de San Marcos de Tuxtla Gutiérrez, donde los obispo, sacerdotes y grupos eclesiales dieron a conocer su postura de lo que pasa en Chiapas.
Señalaron que esta fue una Peregrinación por La Paz “para dar visibilidad a las víctimas, no sólo a los que han tenido que huir de sus comunidades, sino también a los que han sido masacrados impunemente por negarse a colaborar con los criminales o ser extorsionados”.
Y recordaron con dolor la masacre de los 11 hermanas y hermanos en el Ejido Nuevo Morelia, el 1 de mayo de 2024 y muchas personas asesinadas impunemente en los diferentes municipios. Y otras masacres como las de Monte Ordóñez y Reforma en Bejucal de Ocampo.
Los cárteles han tomado a Chiapas: Esto dicen los sacerdotes
Los líderes religiosos de la Provincia Eclesiástica de Chiapas, conformada por la Arquidiócesis de Tuxtla y las Diócesis de Tapachula y de San Cristóbal de Las Casas, desde finales de 2023 denunciaron “el incremento de la violencia por los cárteles que se disputan el territorio en la Frontera con Guatemala, lo que ha ocasionado desplazamiento forzado de la población de su lugar de origen hacia otros municipios del Estado, como a la zona Sierra. Los chiapanecos incluso han tenido que refugiarse en el país vecino de Guatemala.
“La violencia generada por los grupos del crimen organizado, en guerra por el control del territorio, ha ido avanzando considerablemente en varios municipios de nuestro Estado de Chiapas: Frontera Comalapa, Chicomuselo, Bela Vista, Siltepec, Amatenango de la Frontera, El Porvenir, La Grandeza, Bejucal de Ocampo, Motozintla, Ángel Albino Corzo, La Concordia, Vila Corzo, Villaflores, La Trinitaria, Las Margaritas, Maravilla Tenejapa, Benemérito, Frontera Corozal y Palestina del municipio de Ocosingo, Tila, Altamirano, Oxchuc, Pantelhó, Chenalhó, sólo por mencionar algunas entidades donde se ha agudizado, se manifiesta con constantes enfrentamientos y la gente vive aterrorizada”, dijeron en una misiva que fue leída por varios feligreses y párrocos.
“Declaramos que la causa de esta violencia, se origina por los intereses que impulsa la construcción de una infraestructura de despojo de los bienes naturales y servicios de los Pueblos Originarios, promovida a través de megaproyectos como la minería, la extracción de petróleo, la construcción de puentes y supercarreteras, la privatización del agua y otros bienes naturales. Así como también favorece una economía ilícita mediante el tráfico de migrantes, drogas, armas, entre otros”, señalaron en la misiva.
Explicaron que esta economía desarrollista requiere de tierras y territorios libres de pobladores, por lo que está dejando pueblos vacíos en zonas de conflicto, sin que el gobierno del Estado lo reconozca como Desplazamiento Forzado, originado por la violencia que imponen los cárteles, solamente habla de personas “en situación de vulnerabilidad”, como si la violencia fuera causada por un desastre natural.
Y que, el aumento exponencial de la inseguridad ha incrementado los asesinatos y las desapariciones forzadas en las comunidades, las personas son utilizadas como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles; viven en situación de esclavitud al no poder transitar libremente por sus comunidades, carecen de alimentos y servicios básicos.
Además, denunciaron, que son obligados para estar en los retenes llamados “filtros” que los cárteles mantienen en las comunidades como medida de control y se tiene que pagar una cuota obligatoria en caso de no poder estar en dichos filtros. Por ello, ante la incertidumbre y el temor de lo que pueda pasar, los habitantes huyen de su comunidad, teniendo que dejar todo su patrimonio por la desaparición ymuerte de sus familiares.
Al terminar la celebración religiosa, los líderes católicos ofrecieron una conferencia de prensa en la que se congratularon por la gran afluencia que se logró en esta ocasión, pues muchos dijeron que eran 10 mil, otros 15 mil y muchos más que hasta 20 mil personas, lo cierto es que una de las movilizaciones sociales más grandes en el estado que se ha realizados desde que la pandemia en el 2020 desmovilizó a todos los grupos sociales de Chiapas.
Monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de San Cristóbal de Las Casas, dijo en conferencia de prensa que toda esta experiencia de acompañamiento a las víctimas de la violencia, ha implicado escuchar, rezar, llorar e indignarse con ellos, es lao que los hizo estar hoy aquí, “y junto con nuestra fe, es la que nos da la fuerza para plantarnos delante de las autoridades para decirles, para exigirles: ¡Detengan este sistema de muerte! ¡La historia los juzgará por su indolencia, por la incapacidad para proteger la vida de los inocentes! ¡Estarán en la memoria de los pueblos pobres como parte de sus verdugos! ¡Aún están a tiempo para dar un golpe de timón y preparar las respuestas que lleven a erradicar las raíces que generan este sistema de muerte! ¡La sangre de los hermanos muertos ante su indiferencia cómplice los perseguirá inquietando lo que les quede de conciencia!”.
“Nosotros, nosotras, creyentes en Jesucristo, seguiremos nuestras acciones de denuncia contra la cultura de muerte, a la vez que seguiremos anunciando la esperanza que nos viene del proyecto del Reino que anunció Jesús. Con nuestras acciones organizadas, como diócesis, como provincia eclesiástica de Chiapas, como movimientos eclesiales y sociales, queremos continuar aportando nuestros esfuerzos para reconstruir el tejido social tan dañado en nuestro estado. Contamos con la fuerza que imprime en nosotros el Espíritu Santo, que nos hace estar atentos a los signos del mal, nos inspira y mueve a buscar creativamente los caminos de la paz y la reconciliación”, dijo el obispo.