Por: Héctor Garza Martinez
Es un orgullo tener una mujer como presidente de México, es extraño lo de presidente, pero tanto en estos tiempos, como en el de nuestros abuelos, es correcto.
Nuestras mujeres, tienen la característica de adaptarse a cualquier medio, de hacer dos o más cosas a la vez, para ellas, no hay punto de retorno, lo que viene, viene. También tienen el mando, ¿o qué no; la chancla que corrige, jamás te tocó?, Nunca dejaran de ser generales, por más rosa o florido que engalane su hermosa estampa.
Hoy México será gobernado por una mujer, y orgullo es y ha de ser, que en su gobierno se reine con la paz en mano, para que ya no haya más muertos y desaparecidos, para que el dólar se estabilice y no existan incrementos, ni decrementos que afecten nuestras finanzas; para que los ancianos sean respetados, por lo que son… “nuestros más grandes sabios” y no como un valor electoral más.
Nos llena de alegría, porque la dignidad de una mujer fue respetada en las urnas, todo México se abalanzó para hacer posible, la reivindicación de la mujer en México, ¡¡por eso votamos!! Por nuestras mujeres. En ellas se dio la gran fiesta de la democracia, pues dos de ellas eran candidatas a presidente de México, ¡es un orgullo pertenecer a la gran generación de la chancla!, más que al tirano y misógino ciclo en México, que desde su fundación ha sido gobernado por varones.
Llenos de gracia y de reconocernos como humanos, como hombre y mujer, hijos de DIOS y al que todos nos debemos, ¡ el que una mujer sea presidente!, ya que nos da una gran ventaja como mexicanos, pues no hay más que esperar a que este gobierno sea el mejor que nos haya tocado en la historia de nuestro México, por que una mujer gobernara y llevara a cabo todas las tareas y facultades encomendadas por decreto constitucional.
Gracias a todo lo que pasó durante su carrera política, y de la experiencia adquirida, lleva consigo, una responsabilidad de la cual no cabe ninguna excusa, sin importar si es mujer o no, ternura que gobernar bien; es “presidente” el que empodera a los dos por igual, por ello, no es excusa ser mal mandatario por tu género, pues una dama como tal, es incorruptible, así como un caballero lo es, ambos dedicados en cuerpo y alma a las labores de un servicio público, tal cual, servidor público, pero con una sapiencia desmedida, la sapiencia de gobernar una nación de forma clara, eficiente y por el bien común de todos los que habitamos este gran país.
Así, como festejamos este gran triunfo Nacional, al demostrarle al machismo que si se puede ser, tolerantes, amables, cariñosos, amorosos, pacientes, bondadosos y buenos con nuestras mujeres; es como todos los habitantes de México, reconocemos a una mujer al frente de este sexenio venidero;
Es por ello, que todo el pueblo mexicano, por ningún motivo, y bajo ninguna situación inexcusable, toleraremos más muertos, suicidios, abortos, odio, desprecio, violaciones al núcleo familiar, calumnias, manipulación o corrupción, valores mal encausados, en cualquier nivel de gobierno, ya sea porque les vendieron el puesto a alguien, así, al que le dan una casa por un contrato millonario o aquel que se jacta de su buen gobierno cuando se va, mientras que explota su nómina para tratar de ganar una nueva elección.
Acuérdense, que la esperanza de México no tiene colores, porque todos somos iguales, entre nosotros no hay colores, hay bondad, así, la presidencia de México deberá recaer en una persona bondadosa, amorosa con su pueblo, y no, en una persona autoritaria, sino respetable, tanto, que al escuchar su nombre nos imaginemos aquella frase del himno nacional que dice así:
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de Dios se escribió.Ese, es el nivel de mandatario o mandataria, que necesitamos para el ejecutivo que hoy da inicio.
El deseo es desbordado, porque, en ella hemos puesto todas nuestras expectativas, en estos meses después de su elección, esas expectativas de crecimiento y sostenibilidad económica para nuestra región.
Es algo muy bueno que una mujer sea la titular del ejecutivo federal, pues, está comprobado que las mujeres, son más honestas que un varón, eso también opera a favor de todos los mexicanos, es más posible, que siendo una dama, nos represente dignamente a todos los mexicanos sin distinción, eso esperamos.
Nuestro México ha sido pisoteado y vapuleado por siglos y siglos, por ideologías que van y vienen, hombres y mujeres de épocas pasadas y actuales, que no les importó ser mujer u hombre, simplemente fueron humanos sin sentido, y lo sabemos, ya que entre nosotros, nos reconocemos entre sí como hermanos, somos una fraternidad, México es una fraternidad, somos más los buenos.
Sabemos también que el hombre y la mujer no son perfectos, somos humanos. Sin embargo, ésta aventura tan grande, de llevar a México a niveles exponenciales, quedará manchada, en caso de que el ejecutivo se someta a los placeres de la corrupción o de la impunidad, sea hombre o mujer, solo por el hecho de ser humano.
Sería muy grave, por que dejaría a todo México devastado, al haber alcanzado la gloria de tener a una mujer como presidente, y que en el actuar, tengamos, que reconocer, que no por ser mujer, no se equivocara, que también se puede equivocar, y nos deje la tristeza de la desilusión por otros seis años más, tal cual varón, al verse desprestigiado por decir que defendería el peso como un perro, sin saber morder, como aquel, que se siente él todo poderoso por servir sin vocación a un pueblo.
Aquí no hay género que aguante, aquí todos nos llamamos servidores públicos, aunque no trabajemos en una dependencia de gobierno, somos servidores, con el mismo amor con el que obsequias una bendición al irse a dormir tu hijo.
Con esa bendición demandaremos todos los mexicanos, un correcto ejercicio del poder, una correcta administración, una correcta sabiduría al ejercer el poder y una correcta actuación a la hora de gobernar, como cualquier otro servidor público que de verdad lo es.
Por fin tenemos una mujer al frente de nuestro México, honraremos su proeza, con sigilo y transparencia, hasta que no veamos resultados, porque al verlos sabremos si es digna de representarnos, el pueblo en su momento se lo demandará, si a la corrupción o impunidad le apostó. Al fin y al cabo, hay más damas que también pueden gobernar en un futuro con amor y elocuencia.
Gocemos este día con paz y alegría por que una mujer llegó alto en México, como aquel indio de Puebla, solo que sin fanatizarnos, pues grandes cosas nos esperan aunque muchas cosas fallen, DIOS jamás nos dejará. ¡Ánimo!
Con el cariño de siempre…
