Autoridades texanas alertan sobre vínculos terroristas de algunos migrantes, intensificando medidas en la frontera.
Alonso Crisante
LA PRENSA
PIEDRAS NEGRAS, COAHUILA.- En un operativo llevado a cabo el pasado lunes, los agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) encontraron a 230 inmigrantes indocumentados que habían ingresado ilegalmente al país. Este grupo, que cruzó por Piedras Negras, Coahuila, fue detenido en el sector de Del Río y, de acuerdo con las autoridades, entre ellos se identificaron a 27 personas con intereses especiales, es decir, inmigrantes provenientes de países con vínculos a organizaciones terroristas, tales como Hezbollah, ISIS y Hamas.
Este tipo de hallazgos ha generado preocupación, ya que sugiere un riesgo potencial de terrorismo en la frontera sur de Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses han intensificado sus esfuerzos de control fronterizo para impedir el ingreso de personas vinculadas a estas redes, con el apoyo de recursos adicionales como boyas y alambre de púas, autorizados por el gobernador de Texas, Greg Abbott. Aunque estas medidas han disminuido el flujo migratorio ilegal, han generado controversia con la administración Biden, quien ha demandado al estado por su implementación.
Además del descubrimiento de inmigrantes con posibles nexos terroristas, el DPS arrestó a 41 inmigrantes indocumentados y los acusó de allanamiento criminal. Este grupo incluía personas de diversos países como Brasil, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Colombia y República Dominicana, quienes fueron llevadas al Centro de Procesamiento de Val Verde.
Las investigaciones también revelan la presencia de redes de tráfico de personas en la región. Los migrantes que cruzaron a Eagle Pass fueron asistidos por una banda criminal liderada por un individuo identificado como Diego N., quien ha eludido la captura gracias a la protección de la Fuerza Civil en México. Las autoridades estadounidenses y mexicanas continúan trabajando de manera conjunta para desmantelar estas redes y proteger la seguridad en ambos lados de la frontera.
Este operativo es un claro recordatorio de los retos que enfrenta la seguridad fronteriza en la región, donde no solo se lidia con la migración ilegal, sino también con la amenaza del crimen organizado y el terrorismo. Las autoridades se mantienen en alerta y confían en que, con colaboración binacional y un enfoque firme, lograrán reducir significativamente este tipo de actividades.
«Es un gran desafío, pero cada paso que damos en la dirección correcta fortalece la seguridad de nuestras fronteras y la tranquilidad de nuestros ciudadanos», concluyeron las autoridades del DPS.