Por Agencias
La Prensa
La mañana del 3 de octubre, habitantes de Culiacán, Sinaloa, despertaron con la inquietante presencia de narcomantas colocadas en tres puentes principales de la ciudad. Los mensajes, firmados presuntamente por «La Chapiza», una célula del Cártel de Sinaloa ligada a Los Chapitos, estaban dirigidos a la recién electa presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Las mantas, localizadas en el Puente Negro y en los cruces de las avenidas Álvaro Obregón con México 68 y Malecón Nuevo, lanzaban un mensaje claro:
«Sigan mandando carne de cañón». Esta advertencia se interpreta como una amenaza a las células rivales del grupo criminal comandado por Ismael «El Mayo» Zambada, quien ha estado en conflicto con Los Chapitos en los últimos meses, provocando un aumento de la violencia en la región.
Un conflicto que intensifica la violencia en Sinaloa
Desde el 9 de septiembre, la pugna entre las facciones de Los Chapitos y el grupo liderado por «Mayito Flaco», hijo de El Mayo Zambada, ha provocado un incremento alarmante en los homicidios, robos de vehículos y desapariciones en Culiacán y sus alrededores.
Según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Sinaloa, entre el 9 y el 30 de septiembre se registraron al menos 121 homicidios dolosos.
La confrontación entre estas dos facciones del Cártel de Sinaloa, que originalmente formaban parte del mismo grupo, ha desencadenado una ola de violencia que sigue en aumento. Esta lucha interna ha fragmentado al cártel, debilitando el control sobre el narcotráfico en la región y generando incertidumbre entre la población.
Las narcomantas y su impacto en el gobierno de Sheinbaum
Las narcomantas colocadas el 3 de octubre representan un desafío directo al nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, quien asumió la presidencia recientemente.
Aunque la presidenta aún no ha emitido una declaración oficial al respecto, es probable que estos hechos presionen a su administración para tomar decisiones rápidas en materia de seguridad, especialmente en las zonas controladas por el crimen organizado.
El mensaje «Sigan mandando carne de cañón» podría interpretarse como una crítica a la estrategia de combate al narcotráfico del gobierno federal, que ha involucrado fuerzas del ejército y la Guardia Nacional en diversas operaciones para controlar la violencia en Sinaloa.
Sin embargo, la amenaza refleja que, para los grupos criminales, estas intervenciones no han sido suficientes para frenar el conflicto entre facciones.
La división dentro del Cártel de Sinaloa
El Cártel de Sinaloa ha experimentado una división importante tras la captura y extradición de Joaquín «El Chapo» Guzmán. La facción liderada por Los Chapitos, hijos de El Chapo, ha estado en constante lucha con el grupo comandado por Ismael Zambada, lo que ha desembocado en episodios violentos en todo el estado.
Esta fragmentación ha permitido que otras células, como Los Cabrera, bajo el mando de la familia Zambada, también se involucren en el conflicto.
La situación en Sinaloa es cada vez más tensa, y con el inicio del gobierno de Sheinbaum, se espera que la presión para abordar el tema del narcotráfico aumente significativamente.