Padre e hijo ofrecieron su testimonio a los medios de comunicación, en el tercer aniversario del Centro de Rehabilitación Vibe
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
David Colunga Puente, padre de un ex interno del centro de rehabilitación VIBE, relata su experiencia enfrentando la adicción de su hijo, un joven de 25 años que, a pesar de ejercer la carrera de radiología, cayó en el mundo de las drogas.
Dio a conocer que hace dos años, Colunga notó cambios drásticos en el comportamiento de su hijo: pérdida de peso, aislamiento y patrones de sueño irregulares, estos signos encendieron las alarmas y llevaron a la familia a buscar ayuda.
“Yo buscaba excusas, trataba de justificar sus acciones y no quería ver la realidad. Nunca imaginé que mi hijo estuviera involucrado en algo así. Le daba todo lo que podía”, confiesa Colunga, quien inicialmente se resistía a aceptar que su hijo era un adicto.
La negación fue vencida cuando, preocupado por el comportamiento errático de su hijo, buscó ayuda profesional, donde todos coincidieron en la recomendación: ingresar al joven a un centro de rehabilitación.
Manifestó que, entre las opciones más recomendadas, eligieron el anexo VIBE, donde su hijo estuvo internado durante seis meses, reconociendo que al principio fue en contra de su voluntad.
“Su comportamiento ya era muy aislado, no dormía en las noches, caminaba por la casa, salía y entraba, y hablaba mucho. Todo el día se la pasaba dormido”, recuerda el padre de familia que así era el comportamiento de su hijo bajo el consumo de las sustancias.
“Cuando lo interné, me decían que le estaba quitando su libertad, pero yo sabía que ahí iba a estar seguro, y si algo le pasaba adentro, era lo mismo que le habría pasado afuera”.
Colunga reconoce que los costos de los centros de rehabilitación pueden ser altos, pero asegura que el valor de recuperar a su hijo es incalculable.
“Lo que dejas en un anexo es mucho más valioso que lo que inviertes en él, vale la pena hacer el esfuerzo por ayudar a nuestros seres queridos a salir de las adicciones”.
DAVID SE RECUPERA A SÍ MISMO
David Colunga Preciado, quien una vez se sintió atrapado en las redes de la adicción, ahora mira hacia atrás con gratitud hacia el sacrificio que hicieron sus padres para ayudarlo.
A sus 25 años, Colunga Preciado se enfrenta a la realidad de haber sido víctima de una enfermedad que lo llevó a consumir sustancias en un intento de socializar y encontrar su lugar en el mundo.
“Siempre fui una persona antisocial e introvertida, me costaba mucho relacionarme con los demás”, externa.
Señaló que a pesar de tener una vida aparentemente completa —una familia amorosa, una esposa, una hija y estabilidad económica y profesional—, cayó en el mundo de las drogas.
En este proceso de recuperación reconoce que mientras estuvo en el consumo, podía alegar cualquier pretexto, pero hoy que está en recuperación, toma conciencia de que fueron malas decisiones y no puede culpar a nadie más.
Reconoce que, con un año y seis meses de sobriedad, el gesto de sus padres al internarlo fue un verdadero acto de amor el cual ahora agradece.
“Al principio, estaba enojado y no entendía por qué lo hacían, pero ahora sé que fue por mi bien. Si no me hubieran dado esa ayuda, no estaría aquí, quizás estaría en la cárcel, en un hospital o en una fosa”.
A pesar de las dificultades que enfrentó durante y después de su rehabilitación, David Colunga ha logrado mantenerse firme en su proceso de recuperación y valora profundamente el apoyo que recibió de sus padres en su momento más oscuro.
“Tenía todo en la vida, no había una razón aparente para que me llevara al consumo, pero hoy puedo decir que mis padres me dieron y me salvaron la vida”.
Cientos de personas con problemas de adicciones han logrado ser rehabilitados en los últimos años en el Centro de Rehabilitación VIBE el cual este lunes celebro su tercer aniversario de fundación.
CELEBRA VIBE 3 AÑOS
Brenda Narváez, directora y fundadora del anexo resaltó que actualmente tiene ingresados a 75 personas quienes están siendo rehabilitados y preparados para salir nuevamente enfrentar al mundo alejados de las drogas.
En su tercer aniversario de fundación, en el Centro de Rehabilitación ubicado al oriente de la Ciudad, se llevó a cabo una ceremonia donde mismos internos y ex internos compartieron su testimonio, así como padres de familia de personas ya rehabilitadas.
La directora de VIBE explicó que el nombre del anexo fue inspirado por la unión familiar y significa lo siguiente: V; Víctor (fundador), Isaías, I; Ian e Iram (nombre de sus tres hijos), B; Brenda (directora y fundadora), E; Eitan (hijo menor).
